Televisión
Sentados en el sofá, haciendo zapping hasta que encontramos una cadena con contenido que nos interese, pocas veces reflexionamos sobre cómo funciona por dentro el entramado televisivo. Quizá simplemente porque ése no sea el mejor momento, cuando ya solo queremos desconectar. Pero la realidad es que hay que otro concurso para licencias de TDT, como si tuviese sentido después de la última reordenación. Además, mientras «Pretty woman» sigue triunfando, la realidad es que se pagan miles de euros por los estrenos tan anunciados a bombo y platillo, como si no hubiese oportunidad de verlos después varias veces. Una cosa está clara: el sofá es más cómodo que la silla de pensar.
Cine
La calidad de una película, si es buena o mala, es algo muy personal. Pero, claro, cuando sumas la opinión de muchas personas tienes más posibilidades de saber si te va a gustar o no. La cuestión es la forma de encontrar esa opinión: la recaudación, las menciones sociales, las críticas profesionales, las ventas… O quizá simplemente hagas caso a lo que te dice la taquillera cuando le preguntas qué puedes ver hoy. Es posible. Pero al hablar de películas de cierto tiempo, hay otro criterio que me parece interesante en el algoritmo que han inventado: ¿cuánto ha influido en las películas posteriores? Suena genial, aunque también diría que difícil de cuantificar la mayoría de las veces.
Internet
La semana pasada se celebró el evento iRedes y José Luis nos deja algunas ideas para reflexionar. Casi todas son temas interesantes, algunos más manidos que otros, pero lo que me llama la atención es las veces que repite ‘contenidos’, desde varias perspectivas. También me gusta la idea de tener que evolucionar o al menos es el denominador común que veo en sus frases. Cada asistente tendrá sus motivaciones para ir a este tipo de eventos: desde aprender a networking pero creo que es importante poder ir más allá y reflexionar, compartir objetivos que duren todo el año y así en la próxima edición ver si se ha producido o no esa evolución.
Publicidad
Hay muchos tipos de anuncios pero uno que me resulta muy interesante es el que no muestra el producto. Ahí sí que hay que despertar la creatividad. En realidad, es como un juego, una adivinanza y por eso me gusta verlos. Cuando la campaña está en televisión, ya lo he comentado alguna vez, es divertido preguntarse quién será el anunciante, esperar a ver si has acertado y la próxima vez verlo sabiendo quién hay detrás. Cuando es una gráfica, no hay tanta emoción porque el logo se ve fácilmente así que puedes ir a la última parte, es decir, a preguntarte si refleja a esa marca o si serviría para otra. Si quieres un ejemplo, mira en Publizia.