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Me gustan los anuncios de Día. Son cercanos, personales, reales. La anterior campaña dejaba claro que el rollo corporativo no importa a las familias. Todo con un simple zoom out, un gran tratamiento audiovisual. La nueva va por esta línea pero hablando de esfuerzos, lo que hacen las familias españolas desde hace unos cuantos años. Todos lo sabemos, no hace falta que nos monten un gran spot para decirlo como han hecho otras marcas para animarnos a la compra. Momentos cotidianos con los que muchos se pueden ver reflejados, tan sencillo como eso. Me parece una gran idea no irse por las ramas y poner algo de realismo en la publicidad que nos rodea porque ver a famosos soltando frases bonitas o haciendo posturitas ya lo puedo hacer en el cine.
Televisión
Esto de que la tele tenga que ser divertida y que tengamos que reírnos cada 5 minutos, ¿dónde está escrito? Programas que intentan ponernos de buen humor, no lo consiguen. Series que nos animan con risas enlatadas, tampoco. ¿Es que estamos perdiendo el sentido del humor televisivo? ¿O igual es que quieren que nos riamos de lo que ya se rieron nuestros padres y por eso ya ha perdido toda la gracia? Si el humor cambia por su geografía, ¿cómo no va a cambiar por su edad? El cine lo intenta constantemente: recupera historias, las actualiza y las vuelve a ofrecer. A veces funciona, aunque la mayoría no. La tele va por ese mismo camino y no siempre les funciona. Pero lo intentan, vaya si lo intentan.
Cine
El tamaño no importa, en el cine desde luego que no. No hablo de la pantalla sobre la que se proyecto la película, si no del tamaño de los monstruos a los que destruir. No es que este género cinematográfico sea precisamente mi preferido, ni mucho menos. Pero en las pelis siempre hay malos que cargarse… y se hace. Vaya si se hace: no importa si mide 10 veces más, tiene mil millones más de recursos o le hace chantaje emocional. ¡Da igual, no importa el realismo! El héroe siempre gana así que se supone que lo que nos ha de animar a ver la película es el camino o la batalla final. Repito, se supone porque 3h después, salimos de la sala con cara de ‘qué explicación más larga y tonta de que más vale maña que fuerza’.
Internet
Titular y poner nombre no es algo fácil. Hay muchas reflexiones a tener en cuenta. El recuerdo es importante, tanto que sea relativamente fácil de memorizar como que nos evoque algo. Por eso últimamente me sorprenden los nombres de empresa que me voy encontrando. No me dicen nada, pero nada de nada. Y ahí están, alguien las ha registrado y las está comercializando. Será que no conozco el sector, no soy el target… es lo que me digo para comprender a quien lo haya pensado y, además, convencido a sus socios de que era una buena idea. Muchas de ellas van por la vía de siglas convertidas en palabras, sonidos escritos de forma diferente, traducciones a la brava… No digo que todos los nombres se tengan que parecer a lo que venden. Solo pido que la idea de pronunciarlas no me produzca risa o sea un trabalenguas.