Televisión
¡Hay un nuevo programa sobre televisión a la vista! Hace ya una década desde que el chaval al que ahora le gustan tanto las motos buscase al que sabía más de televisión del mundo. No ha habido nada digno de mención desde entonces, quizá porque nadie se ha atrevido a probar porque no tuvo mucha audiencia. ¿Quizá es que solo gustaba a los nostálgicos? Pues estamos de suerte porque parece que el tema vuelve a programarse para este año: «Spoiler«, un título que espero no cumplan por el bien de los telespectadores. Por cierto que de nostalgia y cancelaciones sabe lo suyo su futuro presentador que vio desaparecer su chuche-nostalgia.
Cine
Es época de premios en la industria del cine. La carrera hace ya tiempo que empezó pero la meta de los Oscars empieza a verse para los nominados, si no es que se vio ya en los Globos de oro. Es momento de pensar en la relación entre éxito de taquilla o de premios. No, no son iguales aunque se influyan de alguna manera los unos y los otros… bueno, más bien los primeros en los segundos porque muchas veces los blockbusters no se llevan más que premios técnicos, como mucho. En cambio, sí que los premios importantes de Mejor película, director y actores principales y secundarios llevan gente a la sala.
Publicidad
La idea de que en nuestros sueños aparezcan marcas publicitarias es inquietante, como mínimo. El vídeo que propone este futuro quien sabe cuán lejano es igual de inquietante (quizá porque la música contribuye mucho a crear ese ambiente). La verdad es que me cuesta mucho imaginarme cómo serían mis sueños si las marcas estuvieran presentes también ahí. Claro que, si al despertar olvido gran parte de lo soñado, ¿quizá ya lo están ahora pero no me doy cuenta? Yendo un poco más allá, por diversión, ¿se consideraría una crisis de reputación que la marca se viese en una pesadilla y no en un plácido sueño?
Internet
Leer ‘no estás solo’ es agradable: leer que hay más gente que prefiere escribir un mensaje/mail en lugar de llamar, lo es. En Verne hablan de esta costumbre para aclararnos que muchos pensamos así: llevar el teléfono encima no significa que queramos que nos llamen. Sabemos que, bueno, para eso sirve un teléfono… pero no solo para eso. Tampoco significa que tengamos que estar disponibles siempre ni que todo vaya a quedar bien clarito por oír una voz. Total, ¿de qué sirve una llamada que acaba con un ‘te lo mando por escrito luego’? Pero el punto 4 del artículo es clave: los mails van al grano, las llamadas no suelen hacerlo.