La viñeta de los Soulter@s en el adn de ayer estaba dedicada a los pobres creativos que han de inventarse lo imposible para vender aquello que es poco apetecible.
Es fácil hacer apetecible el chocolate pero, precisamente por eso, sus estrategias no intentan generar la necesidad en el consumidor, sino diferenciarse del resto y así destacar y estar más cerca de su target. Los apios y cualquier producto de dieta, en cambio, está obligado a ser atractivo (entre otras cosas, claro) para provocar la compra. Y, seguro que coincidimos todos, no hay color si se compara con esa fuente de chocolate fundido que queda tan bien en pantalla aunque no sea chocolate.
Salivazos parte, tampoco es nada fácil encontrar un concepto creativo para productos evidentemente necesarios como son los productos de limpieza. A principios de semana los Soulter@s veían así a los que tuvieron la idea de entrar dentro de las manchas para vender detergentes y traer la lejía del futuro para hacer más blanca la ropa.
No es fácil encontrar nuevas maneras de enfocar un producto explotadísimo y nada atractivo, pero cualquier intento merece nuestro respeto. Como mínimo, intentar entender el por qué.
Será que soy de esa ¿rara? especie de personas a las que les gusta ver anuncios y buscarles significado. La gente ¿normal? suele tragarselos sin ver el esfuerzo creativo que supone ponerse en su piel y transmitir un mensaje de manera coherente.
La viñeta de Asier y Javier en el Metro de hoy combina la nostalgia que algunos viven hoy y la actualidad televisiva.
Divertido juego de palabras con la curación del chorizo pero lo cierto es que actualmente cualquiera puede ir a la tele a contar sus penas. La única diferencia es que unos (los famosos) cobran y otros (los desconocidos) no ven un duro.
Habrá que ver si en concreto Roldán y Julián Muñoz lo valen y atraen a la audiencia o si se consigue el efecto contrario y nadie mira la entrevista.
La viñeta del pasado viernes de Plétora de piñatas estaba dedicada a la palabra Audiencia pero en realidad hablaba de los personajes de las series de televisión.
Y es que todavía hay quien no sabe qué es la (teóricamente famosa) fragmentación de audiencias.
Señores productores, dejen a los guionistas hacer su trabajo. Dénse cuenta que es mejor hacer series cortas para públicos concretos que series largas para todos los públicos. No intenten llenar toda una franja con lo mismo: mejor unas tapas que un cocido servido por partes.
Aprendan de la publicidad, sí, esa que les da de comer: no se puede vender el mismo producto a todo el mundo. Eso solo lo consiguen las grandes marcas y ya no hay grandes cadenas televisivas porque ya no hay audiencias millonarias.
Publicidad
Los de Dacia lo han vuelto a conseguir. Su nuevo spot me ha dejado con la boca abierta, la misma con la que se quedan unos compradores que ven en un concesario cómo una gran sierra corta por la mitad el coche que iban a comprar porque «si pagas la mitad, te llevas la mitad del coche». Me gusta mucho más este humor que el de Mixta de Mahou y las mezclas imposibles… y no soy la única (vía).
Cine
Este fin de semana se estrena «Hell boy 2», tengo realmente ganas de verla (sí, quizá sea un error volver a ilusionarme pero la música del trailer ayuda a ello). Por ahí ya circulan críticas y me cuentan que se han hecho varios preestrenos. No dudo de la capacidad de prescripción de la blogosfera cinéfila y me alegra las distribuidoras por fin se den cuenta de ella y quieran llenar la sala antes solo disponible para críticos de esos venerables con jóvenes bloggers.
Televisión
Mientras esperamos nuevos capítulos de «Anatomía de Grey» en Cuatro, mañana se estrena «Sin cita previa» en Antena 3. De todos personajes sobre los que se podría hacer un spinoff seguramente éste es el que menos me llama la atención pero reconozco que es el que más posibilidades tiene en una serie propia. Aunque, puestos a elegir, hubiese preferido el del Dr. Sloan que al menos tiene una vida privada más interesante y es más propenso a la comedia.
Internet
Para todos los que pasamos muchas horas delante del ordenador, un par de viñetas que describen nuestra vida: una pizarra de JRMora (vía) y unas telarañas para decorar. Así que, ¡a y media me voy!