Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.
Cada uno escribe a su manera pero se pueden reducir a dos: con la inspiración de tu lado o sin ella. Cuando la inspiración te acompaña, las ideas se ordenan solas, las palabras construyen sus propias frases y las hojas se llenan en poco tiempo.
Cuando la inspiración o ese momento mágico en el que todo fluye no llega pero se han de respetar los plazos, cuesta un poco más cumplir con la extensión requerida. Lo mejor en estos casos es escribirlo todo tal cual salga, aunque parezca verborrea inútil. El esfuerzo viene después, en la edición y reescritura… pero al menos tendrás una base sobre la que trabajar.
Y si no hay plazos marcados, deja que las ideas maduren por si solas en su árbol que es tu cabeza… y espera que la inspiración te pille pensando.
Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 43 (6 de junio de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!