Cine
Imagino que aún hoy hay quien tiene pósteres de películas forrando sus paredes o, al menos, es fácil recordar el de aquella peli de nuestra tierna juventud que nos marcó o quizá el de la última que se ha visto. El póster es un arte, como lo es un tráiler: cualquiera de los dos pueden ser un imán para las salas. Ya hace un tiempo hablé de los que hacía Mac y esta vez son 50 los que, dicen, cambiaron la industria. Lo cierto es que son una mezcla de teasers, ilustraciones e ideas geniales que sin duda sirven para vender la película tanto como para ser colgados de cuadros y seguir recordándola pasados los años. Este tipo de arte no se improvisa.
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Si la semana pasada hablaba de campañas entre empresas rivales, hoy todo lo contrario. Aprovechando el Día del Reciclaje, Agua de Lanjarón anuncia que sus botellas están hechas de otras botellas. Una campaña muy gráfica porque adapta su identidad a la de otras marcas para demostrar que no le importa de dónde sean. Me recuerda a una del año pasado que también aprovechaba pedacitos de otros para hacer su pieza. Lo divertido en cualquiera de estos casos en que las empresas «hablan entre ellas» es ver qué reacción tienen al verse interpeladas por «otras empresas del sector». Las «respuestas tipo» para clientes no sirven en estos casos: ¡tampoco aquí se puede improvisar!
Televisión
Cualquiera puede emitir por YouTube en directo (y por otros muchos canales), pero que lo haga una televisión autonómica es noticia porque CRTVG es la primera que da este saltito. Y no es malo, al contrario: la señal de tele no ha de estar ligada a un soporte, electrodoméstico ni siquiera ámbito geográfico, debería poder verse en cualquier lugar y así también favorecer un diálogo más rico con la audiencia. Pero intenta recordar alguna promo de las que últimamente hacen las teles y casi seguro que es de sus opciones de pago: series que se emiten en su plataforma premium o canales adicionales con contenidos exclusivos. La financiación es más importante que la conversación.
Internet
Un poco en la línea de los dos párrafos anteriores, las empresas no deberían seguir teniendo miedo a abrirse a la competencia, ni a hablar con usuarios en canales que lo permiten. Hace ya demasiado tiempo que pueden hacerlo y pocas lo hacen. Es agradable descubrir que alguna se atreve a enseñar un poco de su interior. Aunque sea extraoficialmente, seguro sirve de inspiración para que otros se animen. No hace falta compartirlo «todo», pero tampoco «nada». No hay una norma escrita que todos deban cumplir porque ocurre lo mismo con la marca personal: hay que encontrar un equilibrio en el que se esté a gusto.