[WWW] Aún se cuelgan carteles «Se vende»

Tienes que vender un piso, ¿qué haces? Seguro que varias opciones te han venido a la mente: agencias, carteles en balcones, avisar a amigos… Pero la de poner un anuncio en algún portal de los muchos que hay dedicados a la venta de viviendas es de las primeras opciones, ¿o no?

¿Se te ha ocurrido hacer fotocopias color tamaño DINA4 de un anuncio con letras bien grandes y bien rojas, plastificarlo, ir a la calle con esas hojas plastificadas y además con una escalera, clavos y un martillo, buscar postes de madera, subirte a la escalera y clavar los carteles pastificados en los postes?

A mi, en este siglo, nunca se me hubiese ocurrido. Quizá por eso me sorprendió tanto ver a alguien haciéndolo, más teniendo en cuenta la avanzada edad del hombre y la poca estabilidad que parecía tener la escalera.

No me paré a preguntar si, presuponiendo que él no sabría, no tenía algún hijo o nieto que le pudiese poner un anuncio online para ahorrarse, además del dinerillo de las fotocopias y plastificaciones, el ejercicio físico de transportar la escalera por no hablar de poner en peligro su salud al subirse.

En cualquier caso, espero que no sea esa la única vía que se le ha ocurrido a él para vender el piso porque es muy práctico utilizar de las nuevas tecnologías para vender un piso y también la gente mayor puede hacerlo si tienen una buena actitud.

[AD] La mezcla de papel y vídeo

Navegar por Internet, ver la tele, escuchar la radio, leer un diario… a lo largo del día elejimos qué medio consumir. La decisión puede depender del tiempo de ocio de que disponemos, de nuestra predilección por uno u otro o incluso de una costumbre arraigada.

Podemos escuchar la radio por la tele o por Internet y ver la tele y leer la prensa online. Los medios se mezclan cada vez más, ofreciendo más de los otros, copiándose para diferenciarse. Se trata de una carrera por ver quién consigue más de nuestro tiempo, es decir, quién tiene más audiencia que vender. Es la economía de la atención.

En este contexto, leer (gracias David) y ver la noticia de que una revista ha incluido vídeo en sus páginas no tendría que ser algo sorprendente. Cualquier medio es un soporte publicitario, hay que innovar y adaptarse para no desaparecer. Y el papel es quien más miedo tiene de esta convergencia de medios.

Pero el Video In Print lo es, hoy es noticia y todos hablamos de Entertainment Weekly (objetivo cumplido también para la CBS y Pepsi, los anunciantes) y, al menos personalmente, me encantaría hacerme con un ejemplar y guardarlo (todo el tiempo que duren sus pilas) igual que me hubiese gustado ver la tinta electrónica de Esquirre. Son números históricos que algún día veremos con nostalgia.

De momento, no me imagino en el metro leyendo, perdón, viendo un vídeo de 40 minutos en una revista, menos aún si es publicidad (¿qué haría el resto de pasaje?). Tan fácil es apretar un botón en el mando a distancia como pasar una página. Pero tampoco hace 10 años me veía viendo series frente a la pantalla del ordenador y ya es algo corriente.

Cuando no sea noticia, ¿cómo van a competir anuncios estáticos  con vídeos? ¿Es este el fin de la publicidad gráfica? ¿Cómo conseguirán que prestemos atención al texto si la revista se convierte en un televisor? Y la prensa, ¿leerán las noticias en lugar de escribirlas? ¿Qué harían para distinguirse de los anuncios?

Media News S18 A09

Internet
Por Error500 me entero del cierre de Geocities y coincido con Antonio en que era una manera fácil de tener presencia online (junto con el espacio que daban por entonces los operadores de Internet ‘para tener su página personal’). Ahora lo fácil es hacerse un blog y no parece que Blogger/Google o WordPress vayan a cerrar… pero ¿y dentro de 10 años? ¿Qué será lo más fácil para tener vida digital? ¿Habrá alguien que no tenga un espacio en una red social?

Cine
Después de no sé cuántos meses desde su estreno, este fin de semana vi «Mamma mía!». Va por delante que si he tardado tanto es porque los musicales no son precisamente mi género preferido y que si la he visto finalmente es solo por las canciones de Abba. La mezcla de estas dos cosas hacen que esté segura de que no volveré a verla. Me faltó tiempo para volver a escuchar las canciones originales y así poder quitarme de la mente esas horribles versiones que más bien eran pesadillas. Además, aunque reconozco como musical funciona bien, yo a la primera canción ya estaba sufriendo.

Televisión
Este domingo Cuatro estrenó «Perdidos» con un maratón destinado únicamente a los fans de la serie. ¿Quién sino iba a aguantar seis capítulos de golpe? Si siguen así, todos contentos: los seguidores por tener una superdosis que les durará una semana y la cadena por tener audiencia fiel asegurada. Los que no le vemos sentido somos los que nos negamos a ver esa serie, pero por suerte hay muchos otros canales para elegir.

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Aquarius sigue con la misma estrategia (que también le funciona): nos acerca una historia que demuestra, según ellos, que el ser humano es extraordinario. Esta vez con un chaval de Ghana que fabrica ataudes a petición, heredando el negocio de su abuelo y construyendo últimas viviendas de lo más trabajadas (el proyector es para mi el mejor). No sé de dónde las sacan pero desde el primer momento se respira ‘el espíritu Aquarius’, por llamarlo de alguna manera.

Media News S21 A08

Televisión
Si quieres sentirte «CSI» por una hora, te recomiendo que visites exposición «Asesinato en el Museo» en el Museu de Ciències Naturals. El pasado sábado con motivo de La nit dels Museus se podía visitar gratuitamente y había cola para entrar, con tiempos de espera como si fuese un parque de atracciones. La verdad es que, con una «Ficha de investigación» en lugar de un mapa para guiarte, la primera impresión no es de estar en una exposición convencional. Cada habitación ofrece información de cómo funciona un laboratorio (forense, fibras, restos biológicos, huellas, entomología…) y permite encontrar pistas para responder a la pregunta de quién mató al director del museo. Pude confirmar que todos poníamos caras raras al mirar las pruebas de cerca pero también que, al contrario que Catherine Willows, la mayoría sabía hacerlo con la boca cerrada.

Cine
¿Conoces a alguien que no haya visto alguna película del Dr. Jones? Desde hoy mi respuesta es que sí. Evidentemente cada uno es libre de ver las películas que quiera y hay géneros para todos los gustos, pero me sorprende porque considero al bueno de Indiana un clásico de los que no cansan. Me pregunto si la nueva que se estrena mañana está más pensada para los fans o para los novatos. Ya te contaré.

Internet
Cada paso que hace Google me convence de que quieren dominar el mundo. Poco a poco ha ido recogiendo información de toda nuestra vida, desde la personal a la laboral, todo pasa por Google. No quiero pensar que puede llegar un día en que tengan un problema de seguridad y se escape información privada. Pero tampoco el día en que se decidan a cobrar por todos esos servicios a los que ya nos han acostumbrado porque, no hay que negarlo, nos hacen la vida más fácil. O, peor aún, que decidan vender nuestros datos porque, quizá, llegará un día en que sus ordenadores tendrán más información que nosotros mismo y sean más poderosos que los gobiernos. Vaya, tendré que dejar de ver «Terminator 2» para no pensar en que las máquinas pueden dominar el mundo.

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Desde principios de este mes (diría que aún se puede ver) que en la parada del 9 de Plaça Catalunya se puede ver algo solo «para mayores de 18 años». ¿Cómo lo hacen para discriminar la edad si no hay vigilancia? Sencillo, han puesto dos mirillas a una altura de 1,70m más o menos. Después de ‘clickar’ en un gran triángulo que hace las veces de play se puede ver un vídeo con un pasillo, un colibrí y un coche que remite a una web. Quiero pensar que han puesto algo tan vacío de significado para que nos quedemos mirándolo y así generar expectación entre el resto de gente que pasa. Merece la pena verlo solo porque es otra nueva manera de utilizar este soporte, seguramente el spot no habría justificado el visionado.

Prensa
Dos viñetas para acabar: la prensa escrita no está muerta y, aunque sea para libros, los editores del 2040.

[AD] El número 1 de La Vanguardia

Con motivo de su rediseño, La Vanguardia publicó un especial que recogía los diferentes aspectos de su historia. La parte más interesante fue la dedicada a la publicidad a la que consideran «inseparable de La Vanguardia pues gracias a los ingresos que proporcionan los anuncios el diario ha mantenido su independencia informativa».

La primera frase de este reportaje está dedicado al número 1 de este diario, fechado el martes 1 de febrero de 1881: «exhibía una portada básicamente publicitaria» y «relegaba el editorial fundacional a la página 3».

El primer anuncio, por estar en primera posición, fue el de inyecciones del Dr. Salvat. Le seguían en portada otro anuncio de medicamentos, uno de ropa, otro medicamento y por último información de espectáculos, lo que no deja de ser también publicidad. En el interior, ferretería, pianos, muebles y otros productos, además de más medicamentos. En la salud estaba el dinero.

Esta primera edición de La Vanguardia tuvo 24 páginas y 22 anuncios. Si se hubiesen puesto uno detrás de otro, toda la publicidad hubiese ocupado, según sus propios cálculos, 7 páginas enteras. Hoy el diario tiene «unas 88 páginas de las cuales 28-31 son publicidad». Estiman que la proporción entre información y anuncios ha variado con los años, «entre un 29,7% del periodo 1909-1910, la cota más baja, y el 61,1% del periodo 1969-1970». No hay datos de qué tarifas tenían entonces, las de hoy están disponibles en PDF.

También dedican una página que recoge diferentes portadas históricas con publicidad de todo tipo. En sus palabras, «la publicidad en portada no es un fenómeno nuevo ni extraño (…) hubo un tiempo en que antes de las noticias estaba la publicidad en el orden de paginación». Lo que sí debe ser nuevo es usar falsas portadas, al menos en medios gratuitos.

Por cierto, este estreno de La Vanguardia hace 126 años que parece bastante publicitario, se puede comparar con el que hace poco vivimos con el diario Público. En el PDF vemos que en su portada sólo había un pequeño módulo dedicado a publicidad aunque por dentro sumaban más de 15 páginas de publicidad de un total de 64. Y donde ahora está el dinero, es en el motor.

Anteriormente… en la exposición que celebraba los 125 de La Vanguardia nos daban una visión histórica de la televisión.

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