Televisión
No ver series siendo actriz suena raro, pero también está el cine o el teatro. Hace unos meses lo comentaba también por aquí hablando de cine: hay que mantenerse al día de lo que ocurre a nuestro alrededor para poder hacer mejor nuestro trabajo. Esto encaja en cualquier sector, claro, lo que pasa es que las industrias culturales están más sujetas a análisis público. Hay quien se jacta de no tener televisor, pero nadie lo hace de no leer libros. ¿Es comparable? Para alguien del sector, sí porque tiene criterio para elegir qué ver y qué no merece a pena. Para el resto, no porque solo ven la parte negativa de cada canal.
Cine
La industria del cine todavía fabrica sueños, pero ya no tanto la vida de sus actores. El sistema de estudios era así, te cambiaba de arriba a abajo: el nombre para hacerlo comercial, el color de pelo para imitar a la actriz que tenía la competencia o la pareja para hacer promoción de una película. Así funcionaba, se construía una imagen (a veces real, a veces no tanto) y había que ceñirse a ella el tiempo que durase el contrato si se quería seguir trabajando. Hace unas décadas todavía se mantenía este tipo de contratos, pero ahora de tanto en tanto nos llegan noticias de que se quitan algunas cláusulas.
Publicidad
Queda poco para las elecciones del 23J y el mundillo publicitario no le está sacando mucho jugo. Tres ejemplos: 1/ Port Aventura regalando entradas a quienes tengan que estar en la mesa fue una buena jugada cuando medio país estaba preocupo por quedarse sin vacaciones. 2/ Aprovechando la pausa publicitaria del debate, surge un nuevo candidato que hasta se dirige a los que están en el cara a cara. Está bien elegido el momento, sí. Y 3/ Greenpeace también aprovechó la resaca post debate, a sabiendas de que el cambio climático no sería un tema prioritario.
Internet
Me pasa cada vez que desconecto, pero siempre me sorprende cuántas cosas pasan mientras tú no estás mirando. No digo que todas sean relevantes, ni mucho menos, pero el contador de notificaciones no para de aumentar. Volver, aunque sea solo después de un par de días fuera, es enfrentarse a ese número de dos cifras (para llegar a +100 has de irte más de un finde largo). Está la opción de marcar todo como leído, pero has de decidir a qué prestar atención y qué es irrelevante. No siempre es posible porque las propias herramientas consideran que todo lo es. Un engaño para evitar la desconexión.