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Después de ver todos los spots de la Super Bowl, lo primero que pienso es en el esfuerzo creativo que se hace por destacar. Solo hay unos pocos anuncios que recuerde porque me parecieron propuestas interesantes, otros por la cara del famoso y también alguno por un jingle repetido hasta la saciedad. Y eso que yo elegí verlos de un tirón, con premeditación y alevosía. ¿Cuánto recordarán quienes «los vieron» en directo? Es inevitable pensar también en otro tipo de esfuerzo, el económico: algunos pagaron más de 11 millones de dólares por emitir su spot. Súmale a eso el coste de producción y el resultado es una inversión que pocos pueden permitirse, por eso las marcas son más o menos las mismas cada año. ¿Qué pasaría si costase menos?
Cine
A diferencia de los Goya, la gala de los BAFTA me suele gustar porque la mayoría de premiados aprovechan para contar algo interesante. Quizá sea porque los premios llevan el nombre de alguien y eso les hace sentir cierta responsabilidad, pero escucharlos no se me hace nada largo. Vale, también influye que está editada para que dure 2h y los premios que ellos consideran secundarios casi ni se ven, pero está bien que se diga algo más que «gracias a todos». Nos permite conocer su infancia, su visión de la actualidad o incluso sus intenciones de futuro. Es una manera de ir más allá del personaje o película por la que se los premia y ver dentro de la persona que hay detrás. Ya, el discurso está escrito de antes y es todo un espectáculo televisivo. Pero me gusta.
Televisión
Ver pilotos de miniseries es peor que ver los de temporadas más largas porque por el tiempo de otro capítulo ya casi te la terminas y acabas viéndola entera, ¿no? Me refiero a las miniseries de 3 o 6 capítulos que suelen dedicar todo el piloto a presentar el contexto (histórico o de ciencia ficción, da lo mismo) y a los personajes principales (por suerte no suelen ser muchos), pero acaban en cliffhanger. Ahí es cuando hay que decidir: ¿cuánto me preocupa lo que le pase al protagonista? Cuando tu respuesta es «bah, poco» porque ya has visto todo lo que te apetecía del contexto, mejor abandona la serie y busca otra que ocurra en un entorno similar o busca la novela en la que seguramente está basada la serie y disfruta de la lectura.
Internet
Cuando la tele no llega a tiempo, Internet puede hacerlo y hasta mucho mejor. La razón es evidente: muchos más dando la información en lugar de solo unas ¿pocas? cadenas con una programación ya hecha o con intereses comerciales detrás. Lo curioso es que cuando pasa algo «importante», es fácil encontrar reacciones en las redes, pero casi siempre a las fuentes de los medios. Así que, inevitablemente, acabamos visitando esos medios que suelen tardar en cortar la programación pero que no dudan en publicar en sus perfiles algo «en curso» que después irán ampliando. También hay medios digitales que consiguen ser los iniciadores de la conversación, es cierto, y suelen ser más ágiles que las teles.