Televisión
El pasado fin de semana se entregaron los Emmy. Visto el resumen de la ceremonia, debo reconocer que no estoy muy al día de series porque de la mayoría no he visto ningún capítulo. Algunos por desconocimiento y otros por desinterés, también he de decirlo. En cualquier caso, me da que pensar en mi dieta televisiva y me doy cuenta que es mejorable. Lo curioso es que no me apetece cambiarla e introducir un superalimento (léase serie ganadora de varios premios) que revolucione el tiempo que paso frente a la tele. Quizá más adelante, cuando tenga la cabeza más despejada de lo que me ocupa el pensamiento últimamente. Ahora mismo, me quedo con mis películas en DVD que tan buenos momentos de ocio me proporcionan.
Cine
Todavía hay quien se planta frente a la taquilla de un cine y decide en ese momento qué película ver. No los entiendo, pero existen. Son seres a los que les gusta improvisar porque no tienen un género favorito o un motivo concreto para ir al cine. Así que tan pronto acaban en una sala como en cualquier otro lugar. En el otro extremo, están los que semanas o incluso meses antes están ya planeando un estreno o un festival de cine. Tienen milimetrado el tiempo que tardan en llegar al cine y son capaces de pedir fiesta en su trabajo para llegar a tiempo. ¿Hay más de los primeros que de los segundos? Es posible, aunque sigue siendo curioso ver el comportamiento de ambos, sobre todo cuando coinciden en la misma cola.
Publicidad
Dos anuncios entre los que veo relación. 1/ Audi para el Festival de San Sebastián nos propone una reunión de personajes olvidados y, ups spoiler, salva al silencio para su modelo eléctrico. Me gusta porque son personajes de pelis, pero no estoy muy de acuerdo con que estén olvidados. 2/ La propuesta gráfica para Fujifilm recordando que hoy en día se premia lo efímero, pero que hay momentos que merece la pena conservar en papel. Las dos campañas me recuerdan que los gustos cambian y lo que hoy es nuevo e innovador, mañana puede ser repetitivo y aburrido. Esta reflexión sirve tanto para situaciones de la vida como para la propia publicidad: si todas las marcas de fotos nos dijesen lo mismo, ¡vaya novedad sería!
Internet
Eso de que «todo es gratis en Internet» ya sabemos que es mentira, pero está el «casi gratis» que cumple muy bien su función. Un ejemplo: el otro día navegando por Amazon encontré un producto que costaba menos de un euro, claro que al aplicar los gastos de envíos, zas, subía a un pico. Era algo que presumiblemente podría encontrar en la tienda de «Todo a 100» de la esquina así que no hice mucho caso al botón para comprar, aunque sí me guardé la doble reflexión para hoy: 1/ ¿les sale rentable a esas tiendas online vender en Amazon cuando sus productos son casi gratis? Imagino que sí o no seguirían ahí. Y 2/ ¿los gastos de envío son el equivalente a nuestros datos? Es posible porque, sin darte cuenta, zas, suben el precio.