[Contenidos] ¿Blogger, creador de contenidos, content curator, periodista?

Cada lunes republico aquí un artículo antiguo de mi newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes a los suscriptores pero con contenido exclusivo.

El ser humano pone etiquetas para enfrentarse a lo desconocido: si sé cómo se llama, no da tanto miedo. El problema es que en Internet es difícil saberlo todo y los cargos que definen profesiones o tareas no siempre reflejan la realidad del día a día porque cambia demasiado deprisa.

En el caso de los contenidos, además, la mayoría de empresas no tienen una persona dedicada con lo que es aún más difícil ponerle un nombre. Si pensamos en blogs, tendría que ser más fácil pero tampoco es así: ¿un blogger es un creador de contenidos o un content curator o un periodista? Hay tantas posibilidades como blogs, así que ese no es el debate: lo importante es que se exprese y utilice los contenidos de acuerdo a su manera de entender la realidad que comunica.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 67 (21 de noviembre de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] Beneficios de contratar a un redactor freelance

En los descansos de mis clases, muchas veces acabo hablando de la complejidad del sector de la redacción. Los alumnos periodistas lo sienten muy de cerca y muchos me preguntan por cómo convencer a los clientes de que les sale a cuenta contratarles para escribir sus contenidos.

Mi respuesta suele girar alrededor del tiempo y de los resultados (le ahorras tiempo al cliente y el resultado es mejor) pero he encontrado que Patsi Krakoff considera un par más de motivos para externalizar la redacción de contenidos que traduzco y comento:

  • Ahorro de tiempo: que el cliente se centre en su negocio, en lo de realmente conoce y deje a los profesionales la creación de textos. Cuando más autónomo sea el redactor, más tiempo ahorrado (aunque hay clientes que prefieren validar y revisarlo todo).
  • Mejora de los resultados: Patsi se centra en las lecturas pero yo diría que mejoran los resultados en general porque sí, el escritor quiere ser leído pero el profesional quiere mantener el encargo así que se esforzará para que el cliente consiga lo que quiere, sean lecturas u otro objetivo de marketing.
  • Modernizar los textos: este argumento viene a responder a uno de los principales motivos de rechazo de la externalización y es que el cliente conoce muy bien su sector y el redactor, normalmente, no. Pero se le puede dar la vuelta y decir que, precisamente por eso, los contenidos serán más frescos, menos viciados por el sector, con enfoques diferenciadores y ángulos novedosos que puedan atraer a alguien menos conocedor del lenguaje técnico.
  • Optimizar los textos: casi como resumen de lo anterior, el redactor freelance se dedica a jornada completa a eso, a escribir contenidos. Solo a redactar y es tan experto en eso como el cliente lo es de su negocio. Sabe cómo hacer su trabajo en menos tiempo del que dedicaría el cliente si lo tuviese y cómo conseguir que el texto guste a Google tanto como refleje los atributos de la marca.

La externalización está complicada estos días, bueno, en general los contenidos porque es lo primero que se acaba recortando (señal de que no se entienden los motivos por los que es útil). Pero, bien argumentada, una propuesta puede salir adelante si se basa en los beneficios que obtendrá quien la contrate (igual que cualquier otro texto web).

[Contenidos] Content as a Service (CaaS)

Cada lunes republico aquí un artículo antiguo de mi newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes a los suscriptores pero con contenido exclusivo.

La expresión Software as a Service (SaaS) o software como servicio define aquellos programas que pueden utilizarse desde el navegador web sin instalar nada en el ordenador del usuario. ¿Qué tiene esto que ver con los contenidos? Pues que la expresión «as a Service» también se aplica al contenido. El Content as a Service (CaaS) libera a la empresa de tener que generar los contenidos.

La expresión apoya la idea de que el redactor freelance ofrece sus servicios para crear los contenidos pero no añade mucho más desde un punto de vista de tareas. Donde sí aporta es en el supuesto de que a medida que las empresas empiecen a confiar en servicios en la nube también podrán hacerlo en profesionales que les permitan olvidarse de la parte técnica de la redacción.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 63 (17 de octubre de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] Redactores que no firman sus textos

Profesionalmente me dedico a escribir para otros o, en otras palabras, soy una escritora fantasma (ghostwriter) o negro. Éste término está aceptado por la RAE y lo define así: «persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios». Pues sí, muchas veces hago eso, escribir sin firmar lo que escribo aunque, por suerte, no todas.

Las páginas corporativas son un ejemplo habitual de texto que no se suele firmar. Si cada vez es más difícil ver en algún rincón algo que indique qué agencia ha hecho la web… ¿quién se preocuparía de saber quién ha escrito los textos? Es lo totalmente opuesto al copy publicitario que, al menos en revistas especializadas, sí consta su nombre.

Una discusión recurrente sobre el community manager es si debe decir su nombre o no. Centrándonos en el blog, ¿quién escribe los posts debe firmar con su nombre? Personalmente opino que sí pero no todas las empresas creen que sea buena idea poner como firmante más nombre que el de su marca. Y yo escribo para agencias que tampoco firman los posts.

Sea cual sea la decisión, ¿en qué afecta eso al escritor fantasma? Algunos dirían que el precio de lo que escribe pero, en términos de calidad de la redacción, no debería haber ninguna diferencia entre si su nombre se asocia a un texto o no. Un redactor debe sentirse igual de satisfecho con lo que públicamente lleva su firma como con lo que haya escrito en nombre de sus clientes.

Originalmente publicado en la newsletterMarketing de contenidos, número 61 (10 de octubre de 2011).

[Contenidos] Redactores del Método

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El redactor, como el actor, deja una huella en sus textos. Mayor o menor según el grado de profesionalidad pero igual que los actores tienen expresiones faciales que repiten, los redactores también prefieren algunas palabras y las utilizan más que otras.

Los actores se meten en la piel de los personajes que interpretan igual que los redactores lo hacen con la persona que va a leerlos. En este sentido, la profesión de escritor se parece más al actor que al guionista ya que en Internet como en la literatura no hay más intérprete que el propio lector. Y ya que no hay intermediario que de vida al texto, es el redactor quien debe asegurarse de que sus palabras transmiten lo necesario para que el lector lo comprenda sin equívocos.

Los actores del Método buscan en su interior y reviven las experiencias personales que les acercan a lo que su personaje está viviendo. Es su manera de hacer la mejor interpretación, de hacer más realidad el mundo de ficción que rodea el cine o el teatro. Lo mismo puede hacer el redactor: atesorar recuerdos para que cuando necesite escribir algo triste o romántico pueda ponerse en situación cerrando los ojos.

Los textos reflejan emociones del redactor. Es cuestión de disciplina darse cuenta cuándo éstas no son las correctas y se está volviendo todo demasiado personal para editarlo y corregirlo. Si estás enfadado, tus textos lo notarán. Si no tienes ganas de escribir porque tienes la mente en otro sitio, conseguirás que tus textos sean más cortos. Como redactor profesional, no puedes permitir que tus emociones personales influyan en lo que escribes… si no es lo que el lector lo requiere.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 58 (19 de septiembrede 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

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