Cine
Ir al cine es sinónimo de comprar algo en su bar, si no un menú, casi seguro que alguna bebida. Mi duda es, ¿eso entra dentro del porcentaje de dinero que gastamos en cultura al año o se considera inversión en gastronomía local? Porque sí, muy sano no es pero es comida y sí, lo compramos en el mismo sitio que la entrada de cine, pero es comida. La duda podría extenderse a la cena que solemos devorar viendo una serie por la noche o al típico tazón de leche mientras leemos algún libro antes de irnos a la cama. Cultura y gastronomía van muy ligados pero es en el cine donde más comida nos quieren vender… como si la entrada no fuese ya suficiente cara.
Televisión
Desde que las series tienen temporadas de 10 y 13 capítulos, se me hace raro ver que se programa la misma serie a diario, incluso dos capítulos porque en un par de semanas se acaba. Claro que siguen poniendo repeticiones en bucle con maratones de 5 y 6 capítulos seguidos a horas que si no lo grabas es imposible que aguantes… aunque también termine pronto la temporada. No es porque llegue el verano y se queden sin estrenos, me imagino que debe ser por unas ansias locas de quemar ¿o rentabilizar? lo que han comprado. Pero me sigue pareciendo una mala práctica para los que disfrutamos viendo evolucionar a los personajes de la serie.
Publicidad
Cuando una marca que lleva un tiempo en el mercado decide finalmente hacer publicidad, llama la atención como le pasó a Mercadona hace poco. Nadie sea obligatorio hacer anuncios para triunfar… bueno, alguien sí: las empresas que se benefician de ello. Por eso últimamente las redes sociales regalan cupones para que pruebes sus anuncios. Y por eso me he gustado la primera campaña de Pinterest: por ser la primera y por ser diferente. Cada vez cuesta más distinguir redes, se van pareciendo demasiado en funcionalidades para evitar que los usuarios huyan a otras. Y eso es lo que explota Pinterest en estos anuncios: déjate inspirar por los demás y actúa.
Internet
Aunque es una serie de anuncios los que me inspirar a hablar de ello, lo enmarco en el párrafo de Internet porque sí, sin la vida real no seríamos nada en el mundo virtual. Llevamos tanto tiempo oyendo sobre la generación que ha nacido con el smartphone en la mano que se nos olvida que aún hay quien mira con recelo esto de las «nuevas» tecnologías. Claro que se aprende de los errores y online hay muchos porque es muy fácil cometerlos si no vas con cuidado. Pero los jóvenes no tienen miedo y los mayores tienen demasiado. Internet es así, siempre dividida en bandos. Incluso cuando los jóvenes de hoy sean los mayores de mañana, otros vendrán a pedirles que se den prisa en evolucionar.