El proceso creativo no funciona igual para todas las personas. Lo comentaba el otro día Pilar Jericó y es que lo que funciona para uno no tiene por qué funcionar para otro. Cada escritor tiene su propio método que sabe que el funciona. Cualquier artista, como sinónimo de persona que vive de su creatividad, debe encontrarlo y optimizarlo para sacarle el máximo partido.
La mejor manera de identificar esa manera de trabajar es darnos cuenta cuando pasa, no detenernos para no estropear el momento y, después, analizar las condiciones que se han dado para que haya pasado. Puede ser la hora del día, el tema que nos gusta más, el lugar en el que estamos, lo que hemos hecho antes o lo que haremos después… circunstancias externas que nos condicionan sin que nos demos cuenta y que deberemos buscar más conscientemente.
En el EBEBarcelona se habló de productividad y Jeroen Sangers recordó que aprovechásemos las horas del día en las que nos concentramos más para trabajar y no para responder a correo o hacer el cafelito matutino en la oficina. Este es un consejo que dan muchos escritores: reserva las primeras horas de la mañana para escribir y luego ya harás el resto de tareas.
Pero cuando te dedicas a escribir, las primeras horas de la mañana no son suficiente: las has de aprovechar todas. En el capítulo 15 de “Elementary”, Holmes recibe la visita de su ex camello. Sin querer desvelar nada de la trama, este personaje recordaba al consultor mucho más creativo cuando estaba drogado y lo encuentra más lento ahora que ya no lo está.
Aunque originalmente sea Watson quien escribe, Holmes es una mente creativa. Se fija en los detalles para imaginar y construir lo que ha sucedido y solucionar el caso. La forma de conseguirlos no siempre es ortodoxa pero, viva la ficción, siempre acaba bien. Al final del capítulo en cuestión, aviso quizá de spoiler, Holmes asegura que aún sin estar drogado hubiese llegado igual a resolver el caso. Quizá le hubiese costado más, pero lo hubiese conseguido.
Esa es la moraleja a la que quiero llegar con esta newsletter: encontrar lo que nos hace más creativos es una forma de ganar tiempo o, más bien, aprovecharlo mejor. Pero no hay atajos ni tampoco excusas para buscar el camino fácil. La práctica o la experiencia, como quieras llamarlo, es la que marca la diferencia. Hay que invertir horas en leer a otros, en documentarse, en escribir borradores, en editar, en mejorar para que la próxima vez se tenga que editar menos, escribir menos borradores…
No hay que rendirse, hay que perseverar por conseguir lo que se quiere. Como le digo a mis alumnos, si quieres dedicarte a escribir la única solución es escribir, escribir y escribir. Dedica tiempo a buscar tu método (puedes empezar por probar el de otros), tu manera de ser rentable y céntrate en ello. Escribirás mejor y más rápido, lo cual te hará ser más rentable.
Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 142 (29 de abril de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.