Internet
Cada cierto tiempo, alguien se queja de que en LinkedIn se traten temas personales. Es tan típico que seguro que ya te tendrás una postura al respecto. Pero la situación que estamos viviendo estos últimos días (¿o son años ya?) es, por suerte, tan poco habitual que todo se entremezcla sin que esté aún claro cuál es el lugar para quejarse de ello. Resultado: ya me he encontrado varias personas (un ejemplo reciente) que se sorprenden de la mezcla temática que está tomando su feed/timeline. Yo lo veo como una muestra más de que las redes reflejan cómo somos.
Televisión
Casualidades de la vida, por la newsletter de Causas y Azares llego a un artículo sobre la decoración de las casas de ficción. Pues no, las casas de la gente corriente no son como se ven en las series o películas. Alguien habrá tenido suerte, pero no la mayoría. Esto quita realismo, supongo, pero ¿a quién le importa? Solo se debería esperar algo así de los documentales. Un ejemplo de sobras conocido es la cocina de la familia Martín que, no era tan grande como para desayunar toda la familia junta (algo igual de sorprendente), estaba llena de productos con la etiqueta bien colocada. ¿Y qué? Es una serie de ficción.
Cine
En una película intervienen muchas personas. Es evidente por los títulos de crédito y por el mensaje antipiratería que te recuerda al final los puestos de trabajo que se han generado. Todos juegan un papel importante, aunque solo algunos pongan la cara, el nombre o el dinero. Así que entiendo que algunos colectivos se puedan molestar por la decisión de grabar y resumir algunos Oscars. No deberían tratar de forma diferente a los premiados (aunque ya hay se hace en otras ocasiones) porque les hace parecer menos valiosos. Si hubiese premios de segunda, no tendrían que entregarlos.
Publicidad
Aunque han pasado ya dos semanas, dos de McDonald’s por San Valentín: un beso que es más bien el principio de un mordisco y una pareja arreglándose para una cita (o McDate, que suena más corporativo). No son los típicos anuncios, sobre todo el segundo, pero es curioso que ambos sean para la misma marca. Me gusta que una marca aproveche diferentes públicos, quizá porque es más fácil de ver lo contrario. Y es que solo se lo pueden permitir unos pocos, es decir, los que tienen capacidad para alimentar a varias agencias repartidas por todo el mundo. El resto, van a lo seguro: uno.