Hoy me gustaría proponerte un ejercicio así que ponte el gorro de la pensar y coge el pasaporte porque te vas a subir a un avión. Superados los controles, colocado el equipaje de mano y ya en pleno vuelo, tienes todo el tiempo que dura el viaje para no moverte de tu asiento. ¿Qué haces?
Hay quien se fija en la revista que asoma tímidamente desde el asiento delantero. Otros prefieren leer su propio libro, escribir, abrir su portátil, fotografiar las nubes, dormir, incordiar al personal de a bordo… tantas opciones como pasajeros.
Pongamos que quieres leer la revista, seamos optimistas ya que estamos dejando volar la imaginación. ¿Qué te gustaría encontrar? Algunas opciones:
- Datos interesantes sobre el lugar al que viajas
- Lecturas que te sirvan para las tareas de tu profesión
- Historias cortas, entretenidas, simplemente para pasar el rato
- Información sobre la aerolínea para tranquilizar los nervios
- El menú que están sirviendo o algún regalito de última hora
Igual que antes, tantas opciones como pasajeros. Influyen varias cosas, por ejemplo: puede ser la primera vez que viajes a ese destino pero la décima que elijas esa aerolínea o, al revés, viajes por trabajo a ese lugar pero por primera vez con esa compañía. Piensa en tu último viaje para hacerlo más real: ¿qué hiciste? ¿Leíste (toda) la revista? ¿Qué te gustó más?
Antes de avanzar, dos ideas clave de lo que hemos visto:
- En Internet no tenemos tanto rato como en un avión para convencer a alguien: el usuario no tiene paciencia (o muy poca para seguir con el optimismo con el que empezaba esta newsletter). Puede cerrar tu página o dejar de leer en el primer párrafo, lo que quiera porque no tiene tiempo que perder. Pequeño inciso para darte las gracias porque podrías haber decidido no leer este mensaje, borrarlo o darte de baja de la newsletter y no lo has hecho.
- Mucha gente pasa por tu web pero no todos querrán lo mismo. Ni todos eligen el avión como medio de transporte ni mucho menos todos el mismo destino. Diferentes objetivos para el viaje, incluso para leer la misma revista.
Vamos ya a aplicar el ejemplo a tu empresa porque, en realidad, el formato de la revista se parece mucho al de un blog corporativo. Pregúntate:
- ¿Qué tipo de revista de a bordo harías? Es decir, ¿pondrías contenido corporativo (seguridad de la aerolínea), promocional (compras en el avión) o educativo (destinos)? ¿Cómo combinarías los diferentes tipos de contenidos? Piensa en la que más te ha gustado, la experiencia propia es un buen indicativo para empezar.
- ¿Qué contenidos atemporales podrías hacer? Piensa en que esas revistas duran 1 o 2 meses, la actualidad encaja de manera limitada. Recuerda lo que has leído últimamente y lo que te ha dejado mejor recuerdo (esta newsletter también cuenta, claro).
- ¿Qué viajeros querrías que te leyesen? Dicho de otra forma, ¿quién quieres que sean tus lectores? Imagínate que fuese una revista en papel para enviar a casa de los suscriptores, ¿qué direcciones querrías tener? Oficinas, almacenes, locales, instituciones, hogares… Ahora trasládalo al mundo digital y piensa en seguidores y correos electrónicos. ¿Son profesionales o gente con hobbies? ¿Qué personas son?
Si contestas honestamente a estas preguntas, estarás encarrilando tu marketing de contenidos. Pero, antes de aterrizar, vamos un poco más allá: ¿te llevaste la revista, miraste si podías descargarla o buscaste la forma de seguirla fuera del avión? No olvides que tienes que ofrecer contenidos que dejen alguna huella en tus lectores.
Bandejas en posición vertical, equipaje recogido y algunas lecturas para el camino de regreso a casa: los blogs de Air Europa, EasyJet, Lufthansa, Iberia y Vueling; y las revistas de Air Nostrum, Alitalia, Binter y Melilla Airlines.
Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 246, 27-04-2015).