Televisión
Día de aniversario: Televisión Española cumple 64 años. Se acerca peligrosamente a ese número redondo así que sirve para plantearnos su jubilación. La tele ya no es como era: hace 19 años llegaba OT y hoy un vídeo de 2 minutos y 20 segundos grabado en casa compite en audiencia con sus informativos. Cambiar la década de «Cine de barrio» es un paso que demuestra cómo se adapta y envejece con la audiencia. Otros canales se actualizan, pero para quedarse con las mismas franjas. Me recuerda a los blogs de televisión: siempre han traído algo de cotilleo porque la programación lo incluía, pero ahora solo hay de eso… ¿quizá porque es lo que quieren los lectores/telespectadores?
Cine
Coixet hace una comparación interesante entre un restaurante y una sala de cine: se pueden consumir sus productos en casa, pero no parecen tan buenos como allí. No se trata tanto de la calidad de la proyección/de la pantalla, más bien del entorno y las distracciones que provoca el móvil, el vecino, la llamada de la nevera desde la cocina… No puedo más que coincidir y añadir la noticia de que Quibi baja la persiana. Los vídeos cortos no van a desaparecer con su cierre, pero hay otras muchas reflexiones posibles, incluyendo la del formato: ¿era esa la mejor manera de consumir series? ¿Había catálogo para convencer a los usuarios de que merecía la pena suscribirse?
Publicidad
Comprar cualquier URL relacionada con una marca, productos o campañas es tan habitual que hay empresas que dedican una buena parte de sus presupuestos a ello. No es tan común comprar una para trolear a la competencia, pero en política todo vale porque en el fondo es una guerra. Así que bravo por el candidato que crea una página que quizá estarían buscando los votantes de su oponente y la llena con información para convencerles de que no merece su voto. Me parece una forma inteligente de aprovechar el viaje del votante y atrapar a las personas que pueden estar buscando al otro candidato. Es casi como poner a Google a tu servicio.
Internet
La Red está llena de extremos, seguramente porque imita la realidad y, además, saca lo mejor y peor de las personas. Así que hay páginas que se actualizan cada día y otras que llevan años sin haberse tocado; hay newsletters que machacan cada día y otras que ya ni recuerdas cuándo o por qué te suscribiste (la mía es semanal); hay blogs que publican 22 posts a la semana y otros que, con suerte, hacen esos en un par de años; hay redes sociales que sacan humo (y no siempre del bueno) y hay otras que su última actualización es de la década pasada. Es cuestión de niveles de madurez y cada uno está en el suyo, el problema viene cuando no se quiere avanzar porque mientras tú te paras, los otros se mueven.