Internet
El post sobre trolls de TUBYSCU me ha recordado al de Cristina sobre la espiral del silencio. Por un lado, tenemos a los que hablan para molestar y, por el otro, a los que no hablan para no molestar. La gente que critica destructivamente y sin motivo aparente lleva tiempo entre nosotros, lo mismo que el miedo a decir algo que no gusta a la mayoría. Internet permite hablar de cualquier cosa y eso es algo bueno, pero sin llegar a los extremos de trollear, claro. Así es la vida y no importa el medio: off, on, ¿qué importancia tiene? El uno es el reflejo del otro, el segundo es peor que primero, ¿o todo lo contrario?
Televisión
Viajar en el tiempo está de moda. Es otro tema de esos que de repente salen de la nada y se acomodan en la parrilla como si llevasen ahí toda la vida. No todos se quedan, algunos solo aguantan un par de capítulos pero mientras parece que todo gire alrededor de ese tema. Ahora toca mezclar épocas, cuando hace poco proliferaban las series ambientadas en las décadas doradas del s.XX. Pero da igual el año en el que pase la acción o el drama, los personajes son los que llevan el peso de la historia: cambia el vestuario y el entorno, pero las tramas siguen siendo parecidas. Al principio quizá importa la ambientación pero no tardan en generarse conflictos entre ellos que serán los que hagan avanzar la serie.
Cine
Se pueden decir muchas cosas de una película. Los resultados en la taquilla son los más jugosos y dan titulares constantes sobre lo que se recauda en un fin de semana, se los comparado con otros y hasta se pronostica a cuánto deberían llegar. Pero, haciendo un símil electoral, también están los comentarios a pie de urna: allí no preocupa el escrutinio total si no le pasa a la gente. De eso sabe mucho el personal de sala, es decir, las personas que nos cortan la entrada con una sonrisa y quizá veamos a la salida con cara de ‘venga sal ya que me quiero ir a casa’. Ellos saben si una peli divierte o no porque oyen las risas o los lloros.
Publicidad
No hay muchos anuncios que hablen de publicidad (J los llamaría InSide Ad), es más fácil ver algún vídeo tipo making of que explique una campaña por dentro que un spot propiamente dicho. Por eso me hace gracia encontrarme con la campaña de la Academia de la Publicidad, más aún cuando trata un tema tan cool y trendy como los anglicismos en los anuncios. La broma de pedir una muestra de un perfume y encontrarse con un frasco pestilente es curiosa y seguro que esas palabras no se les olvidan. La RAE no es de hacer muchas campañas pero con esta ha dado tanto esplendor que hasta anunciaban gafas, digamos, protectoras.