Cine
Cuando se anuncia o se estrena una parte de una película, inevitablemente se compara con las anteriores. Seguramente es malo hacerlo antes de verla, pero es más que habitual crearse una expectativa por lo que se conoce de ella para calibrar la posibilidades de ir al cine. Se recuerda lo que se vivió pero también se tienen en cuenta los cambios anunciados. Quizá los grandes de la industria tengan una fórmula más concreta pero una muy sencilla podría ser: si la peli anterior gustó y cambian muchas cosas, bajan las ganas de verla; si no gustó y se cambian muchas cosas, hay más posibilidades de que la gente vaya a verla. En unos cálculos similares me encuentro con «Spectre» y «El despertar de la fuerza» pero algo me dice que lo racional pasa a un segundo plano con películas como éstas.
Televisión
Turno de otro proyecto estelar, el de Star Trek porque anuncian que volverá. Las expectativas están aquí también altas y podría aplicar la misma fórmula del cine para decidir si verla o no. El problema es que solo tengo buen sabor de boca de la serie original. Las otras han pasado por mi televisor más con pena que gloria. Lo curioso es que hace ya bastantes años que no la reponen, aún habiendo tenido cierto éxito las películas más recientes. Quizá sea cuestión de derechos pero aprovechando su 50 aniversario espero tener suerte y que la emitan de nuevo. Es un buen momento éste para reivindicar de nuevo un poco más de atención a las series clásicas de televisión, también en TDT o canales digitales.
Internet
Andan las redes sociales revolucionadas con el último cambio de Twitter y no me extraña. Mucha tinta se ha escrito y muchos memes creados, todo por una estrellita que ahora es un corazón. No es poco, al contrario, es algo que cambia la forma de entender el sentido del botón. Ahora que Facebook se da cuenta de que un pulgar no es suficiente y se saca otros 6 para ser más específico, ¿viene Twitter y nos quiere convencer de que un favorito significa para todos lo mismo? Pues no, los que llevamos unos cuantos años lo usamos de muchas formas. Hasta ahora que nos intenta meter en el mismo saco a todos. ¿No deberían ser las redes un espacio de expresión plural?
Publicidad
No es la primera vez que hablo de las frases que hemos incorporado a nuestras vidas gracias a la publicidad. Pero al ver algunas de ellas recopiladas me doy cuenta de que son, bueno, cosa de cierta edad. Quizá los más jóvenes ni las usen ni sepan de dónde vienen y los que las tenemos tan oídas reconocemos a nuestra generación porque las utilizan. Lo que está claro es los anuncios más recientes no tienen ese componente que les hace ser recordados pasado cierto tiempo. La música sí cumple esta función perfectamente pero no así el texto que la acompaña. Ha perdido el interés para ese tipo de campañas o, aún peor, son las generaciones actuales las que no le dan valor.