Televisión
Los datos nos devuelven a la realidad y evitan que creamos que somos el centro de todo el universo conocido. ¡Están ahí para aprovecharlos! ¿Por qué entonces los programadores de la televisión generalista ignoran que la franja horaria en que más tele por streaming (OTT) se consume es de 21-23h? ¿No deberían convertir esas horas en su prime time en lugar de eternizarlo hasta las tantas? ¿Por qué ignoran también que las series no deberían superar los 60 minutos? Será que se fían del audímetro y no tanto de encuestas sobre ¿su competencia? Claro que los datos también sirven para la audiencia, para saber si estamos en la media o somos los raritos que ven documentales de La2.
Internet
Sigo con los datos, pero los abiertos. Cada poco veo algún vídeo creado con esa información, casi todo evoluciones históricas. Por eso me parece interesante la propuesta de Verba: puedes buscar una palabra o expresión en los informativos de TVE y así saber cuántas veces se ha mencionado. Como si fuese Google Trends, pero basado en cobertura informativa y noticias en lugar de búsquedas. Quizá algún día habrá la posibilidad de buscar en los subtítulos de todos los formatos, también en series y películas. Es un futuro que me gustaría, aunque me cuesta de imaginar cuando no soy capaz de encontrar en mi propio historial dónde leí una noticia. ¿Sería en el móvil, en el navegador o en cualquiera de los navegadores que incorporan las apps para que no salgamos de sus redes?
Publicidad
La rapidez se premia y eso hace que todo vaya deprisa, muy deprisa (con las consecuencias que eso conlleva). Una respuesta rápida es de gran ayuda en diferentes situaciones, también en publicidad. Hace unos días, todos estábamos viendo un time lapse de una hamburguesa cubriéndose de moho para demostrar que no tenía conservantes. Los hubo que contestaron rápidamente en las redes sociales y los que crearon campañas con un par de días de ¿retraso? Si alguien está esperando a hacer algo, ya va tarde. No se puede esperar tanto. Un año después, como ha hecho la ONCE, es extraño: ¿por qué esperar tanto para reunir a los protagonistas de una película para una campaña, aunque sea una pequeña serie de vídeos?
Cine
Dirigir un remake de tu propia película no está a la altura de interpretarte a ti mismo en una película sobre tu vida como le pasa a Nicolas Cage, pero tampoco debe ser fácil. Lo hizo Zoltan Korda en 1955 con «Tempestad en el Nilo«: es un remake de «Las cuatro plumas» de 1939. Es una de mis películas favoritas así que fue fácil darme cuenta de que incluye algún metraje de la «original». Supongo que «el robo» es lógico porque prácticamente la calcaron con la excusa de hacerla en cinemascope. Claro que compartiendo director y guión, ¿qué otra cosa se podía hacer? La versión más reciente, la de 2002 y que finalmente me atreví a ver, es muy diferente y quizá por eso no la encuentro a la altura y ya no me fío de la del 78.