Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío cada lunes.
Anteriormente convertimos al diseñador en nuestro enemigo cuando cambiaba palabras en minúscula por versales o quitaba negritas a su antojo. Hoy vamos que también podemos trabajar juntos para que la comprensión del texto y con ella el usuario salgan beneficiados.
Por un lado, el formato del texto es la manera más fácil para destacar frases o palabras concretas:
- Los titulares, subtítulos o entradillas cambian el tamaño de las frases.
- La negrita aumenta el grosor de las letras.
- Los enlaces cambian el color y/o el subrayado de palabras.
Todo esto facilita el escaneo del texto y permite llevarse una primera impresión del contenido. No ayuda a esta tarea el cambio de color del texto sin motivo, el subrayado sin que sean enlaces o, siendo extremistas, las cursivas en negrita, subrayadas y de otro color. Cuando se mezclan todos los elementos se pierde por completo la noción de qué es importante y qué es secundario.
Por otro lado, no son estas las únicas vías para llevar los ojos del lector a dónde queremos y es aquí donde entra en juego el papel del diseñador al utilizar:
- Ilustraciones o gráficos que muestren visualmente los conceptos clave.
- Call to actions en forma de banners textuales.
- Cuadros destacados con una alineación o color de fondo diferente al del resto.
Conviene siempre recordar que cuando se quiere destacar mucho, no se consigue destacar nada.
Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 15 (22 de noviembre de 2010). ¿Quieres leer el resto?