Televisión
Hacer zapping a determinadas horas sigue siendo un misterio: ¿qué programas te vas a encontrar? Quizá alguna serie o película pero solo está claro en los canales musicales, informativos, teletiendas, tarot… y en NonStopPeople que siempre parecen estar dando lo mismo. Será que ya no soy joven pero todo lo que hacen ahí me da la misma rabia. En otros países tendrá éxito pero en mi tele no dura más de 5 minutos. Es una manera de explicar el mundo (o una parte de él) que no me interesa nada. Debería llamarme la atención pero, en cuanto veo al chico artemaníaco, cambio de canal para encontrar tras unos clicks sus propuestas de manualidades… mucho más entretenidas que ver a los presentadores reír de chistes que solo ellos entienden.
Publicidad
Hace ya días que quiero comentar el concepto de publiterapia que se ha inventado Asisa. Y es que me parece una opción muy interesante: pagar por dar consejos de salud a la sociedad. Dicho así, suena bastante institucional pero ya es mucho más que esas franjas negras en los anuncios de algunas marcas. Demuestran de manera muy clara que les preocupa la salud de sus clientes. No se puede comparar con las intenciones, por ejemplo, de Coca-cola de hacernos levantar, pero tampoco con otras aseguradoras médicas.
Cine
Está la red revolucionada con un tráiler, ya sabes cuál, y no se puede negar que cumple con los requisitos para ser un buen tráiler de peli de acción. Seguro que te has dado cuenta: basta con ponerle algunos golpes de batería acompañados de algún fundido a negro ¡y listo! Mejor aún si le pones alguna de frase típica al estilo ‘de los creadores de…’. Y si lo acompañas de una buena música, la película puede ser un rollo pero el tráiler va a venderla como si fuese lo mejor del año. Quizá lo sea. El problema es que hay demasiados tráilers que buscan ese efecto. Claro que lo contrario, cuando te explican la mayoría de la película, también son un rollo y te quitan bastante las ganas de ir a verla.
Internet
Abro el buzón de casa (sí, sí, donde Correos deja las cartas que aún llegan en papel) y me encuentro con la tarjeta de una lampisteria. Mientras espero al ascensor, me dedico a leerla (tengo la manía de leer todo lo que cae en mi mano, qué le voy a hacer). Me sorprende encontrar un icono de Facebook al lado de un número de teléfono y justo después el icono de WhatsApp. Pero más aún ver una dirección de correo de GMail después de haber leído que tienen un dominio propio. Algo no me cuadra en este diseño… así que he ido a mirar su página web y puedo confirmar que está igual de extraña que su tarjeta. Eso sí, he llegado a ver su situación en GMaps y a dos calles salía el nombre de otra con una web un poco más profesional. ¿Tanto cuesta?