Televisión
Algunas veces, la televisión refleja nuestra realidad como (se supone que es) una ventana al mundo. Otras, parece llevarnos de regreso al pasado con algunas noticias y programas que parecen sacados del archivo del canal. Y solo unas pocas nos teletransporta al futuro con algunos documentales y (por la vía fácil que es) el cine. Esa es la gracia del zapping, el viaje más evidente que es el cambio de canal (ya sea número o color) pero también en el tiempo. El otro día tuvo un deja vu que me hizo dudar de si estaba en otra época: ¿Mediaset prohíbe emitir fragmentos de sus canales a programas de zapping? Lo dijeron en la Teletulia del «Arucitys» y casi me pongo a mirar a mi alrededor: ¿eso no es una cosa del pasado?
Internet
Y sigo mirando al pasado y al futuro porque en el presente parece que nos guste mirar más a lo conocido que a lo que está por descubrir. Esta reflexión viene por un tuit de Mònica Moro: ¿podemos dejar de explicar eso de lo bonito que es conversar y otras bondades del 2.0? Pues depende de la audiencia, claro, pero es bueno sentar la base o el origen de por qué estamos dónde estamos. Como le contesté, no hace falta invertir mucho tiempo en ello, simplemente que lo sepan y avanzar desde ahí. En estos casos, es nuestra obligación como profes hacerles avanzar a ellos. No podemos quedarnos atrás, al contrario, hay que motivarlos para que lo superen y salgan de la teoría a la práctica.
Cine
Como fábrica que es de sueños, es normal que la industria del cine mire al futuro. Así es como cuando se anuncian títulos para dentro de 3 o 4 años nos parece normal. Claro, lleva tiempo hacer una película… Pero no tanto si la idea viene recuperada de una antigua. Así que, de nuevo, miramos al pasado para inspirarnos y crear algo en el futuro. El cine sabe mucho de eso, después de haber ‘mejorado’ la fotografía dándole movimiento, sonido, color, dimensión… Ahora nos cuesta imaginar qué más puede llevarnos al futuro del cine. ¿Queda algo del pasado del cine que se pueda mejorar en el futuro? Revivir actores es demasiado fácil.
Publicidad
Acabo con otra mirada al pasado, la de Coca-Cola para el que podría ser el spot navideño de este año. Ver ese camión con luces me ha traído un pelín de nostalgia pero también la postal que queda al final y que podría ser cualquiera de las imágenes de productos de esta marca que serían vintage. El protagonista, el abuelete vestido de rojo más feliz, también me trae otro recuerdo en su color original, el verde, al pensar en una marca que ha regresado a la vida después de cambiar de nombre un par de veces, Amena. Y aún podríamos cambiarle el color al traje y ponerlo amarillo para Gallina blanca por si en el futuro el color es lo de menos y nos quedamos, simplemente, con el espíritu navideño.