[Contenidos] Content curator: fuentes y tiempo

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío cada lunes.

Empieza el día pero los feeds ya llevan unas horas acumulándose debido al cambio horario. Twitter nunca duerme aunque el content curator sí lo necesite. Y las noticias siguen publicándose en todo el mundo. Lo mires por donde lo mires, consultes la fuente que consultes, sea el tema que sea, hay un exceso de información.

Una aplicación en el móvil para leer algo de camino al trabajo. En la oficina, un par de pestañas con el correo personal, con Facebook y con Twitter si no está integrado en el navegador. A la hora de comida, igual que en el desayuno, un vistazo a la prensa. A la de la cena, todos los canales anteriores se mezclan y además se suma la televisión. Cuando se trata de encontrar tiempo para informarse, se utiliza cualquier momento libre.

Así pues, la gestión del tiempo del content curator es tan importante como la buena selección de fuentes. Cuando alguno de estos dos factores falla, su labor puede dejar de tener relevancia. Es cuando, por ejemplo, se deja guiar únicamente por los títulos de los posts para compartirlos en lugar de leerlos y entonces decidir si merecen la pena. O cuando tuitea una información como novedad cuando ya no lo es.

Durante un tiempo, seguirá siendo una persona relevante y considera en su comunidad. Pero no se puede vivir siempre de la reputación, hay que ganársela. Si no se puede mantener un buen nivel, el content curator se convierte en una fuente.

Para que esto no ocurra, debemos asegurarnos de que la persona responsable de nuestra empresa que cumple esta función puede dedicar el tiempo suficiente a mantener y administrar sus fuentes. No hay que olvidar que el content curator en una empresa es tan valioso como quien crea los contenidos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 26 (7 de febrero de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] ¿Qué es un content curator?

Es difícil traducir este perfil, posiblemente intermediario del conocimiento sea acertado pero le encuentro a faltar algunos matices. A la hora de definirlo puede decirse que un content curator es alguien que conoce los contenidos más relevantes sobre un tema concreto y que los comparte ejerciendo de filtro. Dicho así, ¿periodistas, bloggers o tuiteros podrían encajar en esta nueva profesión (si es que ya podemos considerarla como tal)? Quizá algunos.

La labor de un content curator consiste en algo más que recopilar enlaces o retuitear a otras personas. Es alguien que investiga y se documenta para conseguir el mejor contenido, que organiza la información para distribuirla. Hace unos años podríamos llamarle editor pero ahora que los consumidores están rodeados por un exceso de información y que la atención ya no es lo que era, la labor de un content curator es muy apreciada por las personas que le siguen… y por las empresas.

Tener un content curator dentro de ella, como parte de una estrategia de contenidos, ayuda a que los materiales corporativos que se publiquen sean de interés para la audiencia deseada, no simple discurso de marketing. Como desde el primer día estamos intentando transmitir, esa es la vía más adecuada en un entorno social.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 12 (2 de noviembre de 2010).

[Contenidos] Jardinería de contenidos

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío cada lunes.

Hemos visto ya varios perfiles que se hermanan con el de redactor o copy pero seguro que no te imaginabas que el jardinero era uno de ellos. Pues sí, pero antes de que saques la pala y el rastrillo, déjame que te explique este símil que he descubierto en En un mundo de tecnofilólogos….

La idea, en sus palabras, es que «ya no basta con «plantar» un contenido y dejar que crezca solo, como ocurría en la era del papel, sino que ahora, además, se deben «sembrar» buenos artículos, «abonarlos» con menciones en redes sociales, «podar» los malos comentarios -no eliminándolos de raíz, claro está, sino tratándolos y conociendo su origen para enmendar la «mala hierba»- y «regarlos» con buenas respuestas«.

Una manera de verlo que enlaza con el trabajo de content curator.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 11 (25 de octubre de 2010). ¿Quieres leer el resto?

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