8ª Encuesta sobre el uso corporativo de los contenidos

Si últimamente has estado leyendo los resultados del informe anual del CMI, quizá te hayas preguntado qué pasa por tierras más cercanas. Yo también lo hice y por eso llevo 8 años haciendo la encuesta sobre el uso corporativo de los contenidos en España.

Como cada año desde entonces, planteo una serie de preguntas, espero inquieta las respuestas (totalmente anónimas) y las analizo para llegar a conclusiones que puedan servir a todos los que nos dedicamos a los contenidos. ¿Qué hacen las empresas (incluyendo autónomos) con los contenidos? ¿Qué estrategia de content curation tienen? ¿Qué canales utilizan y qué formatos publican? ¿Cómo y cada cuánto miden sus objetivos? ¿Invierten en contenidos o externalizan alguna tarea?

Reconozco que contestar la encuesta lleva un tiempo, pero son 5 minutos bien invertidos porque te darás cuenta de todo lo que puedes hacer con tus contenidos y (quizá) no estás haciendo. La idea es que reflexiones sobre lo que has hecho durante el año. Por eso la planteo los últimos meses, para que las conclusiones te ayuden a preparar mejor el siguiente.

Para agradecer el tiempo a los que participan y en colaboración con EasyPromos, sorteo unos premios que creo pueden resultar útiles a cualquiera que se dedique al marketing. Así que si tienes unos minutos, te agradecería que los dedicases a la encuesta: contesta y comparte para llegar a más personas y así conseguiremos resultados más representativos.

Quiero participar en la encuesta

Después de que finalice el plazo de participación, el 1 de diciembre, iré preparando una serie de materiales con las conclusiones. Si quieres leer las de años anteriores, están disponibles para consultar directamente en mi centro de recursos.

Qué he aprendido tras casi 9 años explicando cada mes cómo hacer marketing de contenidos

Empecé a dar clases allá por enero de 2010, pero hasta marzo de 2011 no fue cuando me decidí a explicar de forma regular cómo hacer marketing de contenidos (y hasta enero de 2013 cómo hacer content curation). Por «regular» me refiero a 3h de clase cada mes a 20 personas diferentes en cada sesión. Cada una con sus expectativas, su experiencia, sus necesidades, y yo sin conocerlas antes de nada. Por eso no me tengo por conferenciante ni por persona que da charlas, porque, además, prefiero 3h (o más) que 1h (o menos) y porque prefiero un taller con 10 que una charla a 500.

Pero eso terminó, después de casi 9 años, esta tarde daré la última clase de tipo «regular» en el Cibernàrium de Barcelona Activa. Seguiré colaborando con otros centros, sobre todo en cursos de postgrado, pero será diferente porque los asistentes ya no serán emprendedores preocupados por aplicar lo que les contaba a su proyecto ni parados dispuestos a reorientar su vida profesional. Y los echaré de menos porque, aunque no a todos los considero mis alumnos, de todos he aprendido algo:

  • De quien preguntaba, que hay proyectos de todo tipo y que su éxito solo depende del entusiasmo de quien lo quiera llevar a cabo.
  • De quien no hablaba en toda la sesión, que hay personas dispuestas a descubrir temas que pueden acabar siendo de su interés.
  • De quien negaba con la cabeza algo de lo que yo decía, que siempre debería haber espacio para los debates porque todos podemos aprender de ellos.
  • De quien afirmaba a alguna de mis frases, que hay más personas que luchan cada día por dar buen uso a los contenidos.
  • De quien me aplaudía al final de la sesión, que dar reconocimiento a alguien es la mejor manera de motivarle a seguir.
  • De quien se iba a mitad de mi clase, que no se puede gustar a todo el mundo.
  • De quien no apuntaba más que mi nombre, el de la clase y la fecha, que debería poder conocer mejor a los alumnos.
  • De quien tomaba apuntes como si no hubiese mañana, que debería hablar más despacio.
  • De quien me traía alguno de mis libros para que se lo firmase, que nunca sabes cuánto sabe quien te está escuchando.
  • De quien estaba al pie del cañón un lunes a primera hora o un viernes a última, que existe un interés real por los contenidos.

En este tiempo, he podido contar los beneficios del buen uso de los contenidos a más de 3000 personas, entre ambas clases (supongo que más del doble si sumo otros cursos no «regulares»). Por los comentarios que recibo, puedo afirmar que la mayoría también se lleva algo bueno. Los profes damos mucho, no solo compartimos conocimiento. Algunos alumnos necesitan ganar confianza en lo que ya hacen bien, otros un cambio de chip para adaptarse mejor a la actualidad, también los hay que simplemente quieren estar al día y descubrir nuevas herramientas, incluso hay quien busca la manera de vender los servicios que están aprendiendo a desarrollar.

Cierro esta etapa con una noticia positiva y es que el interés por los contenidos ha aumentado considerablemente (así empiezo, por cierto, mi próximo libro). He pasado de tener que esforzarme en convencer de que el marketing de contenidos es una buena práctica a explicar cómo organizarse para llegar a tener un buen plan. Esto me anima a pensar que mi contribución a la divulgación de los contenidos podrá ir ahora por otro camino, uno de nivel más maduro.

Si te animas, ¡nos vemos en clase!

[Contenidos] ¿Es posible ganarse la vida como redactor freelance?

¿Estás buscando un redactor freelance? ¡Aquí me tienes!

Es la pregunta que todos los freelance nos hemos al empezar: ¿podré vivir de esto? Es la misma que muchos alumnos me siguen haciendo: ¿se gana dinero escribiendo para otros? Pero los que deben hacérsela, es decir, los que pagan 1 céntimo la palabra, no creo que se lo planteen muy a menudo. Aún así, la buena noticia, al menos por los resultados de la encuesta a redactores freelance que he hecho este año, es que esta profesión cada vez está mejor pagada.

Por 3r año consecutivo he lanzado una serie de preguntas a colegas que han tenido la bondad de dedicarme unos minutillos a contestar cuestiones como cuánto cobran por pieza o qué otros servicios ofrecen. Tristemente, las respuestas han sido menos que en 2018, pero provecho para agradecerles su sinceridad porque sin su ayuda no hubiese sido posible la infografía resumen.

Detalle de la infografía sobre redactores freelance 2019
Detalle de la infografía sobre redactores freelance 2019

Según las respuestas, sí es posible ganarse la vida como redactor freelance, tanto escribiendo únicamente (lo hacen el 22%) como ofreciendo otros servicios relacionados (el 65% lo hacemos). El resto (13%) tiene otra profesión que complementa con la redacción, aunque extrañamente los datos indican que son los que más escriben y cobran más por ello (42 piezas/mes, de 800 palabras de media y 55€ la pieza de 300 palabras).

¿Cuánto cobran los redactores freelance (de media)?

Como siempre, merecen una atención especial los datos medios de piezas, palabras y tarifas. Sorprenden y traen controversia porque suelen ser extremos, pero está claro que así es esta profesión. Por ejemplo:

  • En cuanto a volumen de trabajo, un participante contestó que escribe cada mes 1 pieza de 1000 palabras por 60€ mientras que otro dijo escribir 120 piezas de 600 palabras por las que cobra 20€ cada una.
  • La extensión mínima de las piezas quedó marcada en 150 (aunque hubo una respuesta de 40 que descarto por ser mínima) y la máxima que se apuntó fue de 2500 (por la que ese participante decía cobrar 90€).
  • Duele leer que la tarifa más baja por 300 palabras es 1€, de hecho el 9% cobra menos de 10€ por ellas. Las 2 más altas que se apuntaron fueron 300 y 400€ pero, quitando ambas porque se escapan del resto, la cifra máxima se queda en 125€ de manera que el 11% cobra más de 100€ por 300 palabras.

Además, este año he incluído una pregunta abierta en la que me interesaba por la tarifa más baja y la más alta, por añadir matices a los datos. Las respuestas han sido igual de extremas, por ejemplo: 3€ o 300€ por 500 palabras, 35€ o 100€ por 1000 palabras y 10€ o 150€ por 2000 palabras. Ya ves, hay tarifas para todos los bolsillos y resulta difícil saber cuál es «la mejor». Si quieres, puedes comparar con otro mercado.

Otros datos a tener en cuenta

En la infografía resumo los datos principales, pero hay más que me parecen interesantes:

  • Los posts son el principal tipo de contenido con un 96% de respuestas positivas. En el otro extremo, los guiones para infografías/vídeos se quedan con el porcentaje más bajo, un 17%.
  • El plan de contenidos es el servicio complementario más ofrecido por los redactores, llevándose el porcentaje más alto en los 3 años de encuesta. Al final de la lista se encuentran empatados con un 14% el diseño web y el contacto con medios/influencers.
  • Me interesaba especialmente la respuesta a la especialización temática: los datos están bastante equilibrados así que no son muy concluyentes. Sí varían al compararlos con otras respuestas: los no especializados escriben menos piezas pero de más palabras que los que sí lo están y además cobran más por ellas. ¡Sorpresa!
  • La principal vía para obtener clientes es la recomendación (76%) y la menos utilizada es vender a puerta fría (14%).

En la encuesta, hay una pregunta directa sobre el volumen de trabajo respecto al año pasado. La respuesta media se queda en 3,4 sobre 5 así que podemos decir que es ligeramente mejor que en 2018. De todas formas, comparando los datos con los 2 años anteriores, me da la sensación de que hemos retrocedido a los de 2017 porque las respuestas son más parecidas que a las de 2018. Pero se puede matizar que se escribe más y se cobra más.

Algunas referencias sobre los 55 participantes:

  • Sus años de experiencia rondan los 9 años y medio (mínimo 1, máximo 26).
  • Se concentran en 3 áreas geográficas: Comunidad de Madrid (30%), Catalunya (22%) y Comunitat Valenciana (15%).
  • Su formación es muy diversa: desde quien no tiene estudios universitarios hasta quien ha hecho varios cursos de postgrado; las carreras incluyen mayoritariamente periodismo, comunicación audiovisual, publicidad y RRPP, pero también humanidades, filología, historia, empresariales, telecomunicaciones…; los másteres incluyen posicionamiento web, social media, marketing online, comunicación corporativa… ¡Hay mucha variedad!

Acabo volviendo a agradecer el tiempo de los participantes y deseando que alguno de estos datos sirvan para dar un poco más de visibilidad a esta profesión.

9 años enviando mi newsletter cada lunes

El mes de agosto es el que más gente deja de trabajar para descansar (lo llaman vacaciones), así que en general hay bastante tiempo libre para dedicarlo a lo que se quiera (ocio o negocio). Hace 9 años, tal día como hoy, me pareció un buen momento para empezar una newsletter semanal sobre marketing de contenidos. Y sigo haciéndolo desde entonces, me sigue pareciendo buena idea. Aprovechando el aniversario y comparto algunas ideas, además de animarte a suscribirte.

Momento «abuela Cebolleta»: el interés por el correo electrónico de entonces no se puede comparar con el de ahora (los ciclos, ya se sabe). Pero el año pasado, RGPD mediante, desheché el objetivo de aumentar mi base de datos y no me arrepiento, aunque parece que voy contracorriente, una vez más. Me quedo con la calidad, con los que quieren algo más que un ebook. Adiós a la gente que hace bulto.

Momento «estadísticas»: los datos varían con los diferentes tipos de envíos que hago. Las newsletters especiales con algún ebook son las que tienen más aperturas y clicks, pero en general la media ronda el 24% y más o menos el mismo porcentaje para los clicks de los que han abierto. Aunque el dato que me interesa es dónde hacen click, para ver qué tipo de contenidos y niveles de madurez prefieren.

Momento «habla el suscriptor»: tengo una pequeña encuesta para que los suscriptores puedan opinar sobre las secciones de mi newsletter y otros temas. La media que le dan es de 8,3, aunque a la mitad les gustaría que cambiase el diseño y una tercera parte me piden elegir la sección a recibir. También me dicen que los 9 enlaces que recomiendo suponen mucha información para digerirla un lunes a primera hora. ¡Qué le vamos a hacer!

Momento «lo mejor que me ha pasado en la vida»: la mayoría de las veces que oigo esta frase tiendo a pensar que es una exageración. Así que no la diré en referencia a mi newsletter porque lo mejor es mi blog, lo tengo claro. Dejémoslo en tercera posición, es decir, es importante pero no determinante en mi vida profesional porque tengo clientes suscriptores, pero también alumnos y usuarios que buscan aprender. Un poco de todo, aunque quizá cambie en el futuro.

Momento «bola de cristal»: confieso que ya estoy pensando en darle un nuevo rumbo a la newsletter. Pero un cambio tan grande como el del 300 se merece otro número redondo y seguramente se producirá en el 500, en marzo del año que viene. Así tengo tiempo de ir preparándolo todo bien porque también afectará a otras secciones de mi web. Como se suele decir, ¡permanece a la escucha (que te apuntes, vamos) y te enterarás!

Después de 9 años dedicándole un par de horas semanales, está claro que le tengo cariño a mi newsletter.  Forma parte de mi estrategia de contenidos y no voy a abandonar a mis suscriptores. Pero se avecinan cambios… ¡y hasta aquí puedo leer!

[Contenidos] Agosto: publicar o no publicar, ésa es la cuestión

Después de 14 veranos, mi blog ha pasado por todo tipo de agostos: meses normales en los que he seguido el mismo ritmo de actualizaciones que el resto del año, meses en los que he publicado menos, incluso meses en los que he publicado más. Mi blog es profesional y sigue mi ritmo así que es normal que haya un poco de todo.

Decidir si publicar o no en agosto forma parte de la estrategia de contenidos y depende básicamente de la actividad de la empresa: si el negocio está en temporada alta, los contenidos también. Si no, pueden quedarse en pausa o en mantenimiento mínimo. Por ejemplo, en mi barrio empiezan ya a verse los carteles de «cerrado por vacaciones» así que sería absurdo que esas tiendas siguiesen actualizando sus redes sociales si la tienda cierra.

Pero, ¿qué pasa con los negocios que no tienen ventanilla que cerrar? Pienso en tiendas online, instituciones o empresas de servicios en los que los empleados se turnan para cubrirse. ¿Merece la pena seguir publicando en agosto? Yo diría que sí, exactamente al mismo ritmo que está funcionando el resto de la empresa. Si hay una cuarta parte de la plantilla, pues un cuarto de publicaciones. Hay varias opciones para conseguirlo y demostraría que los contenidos no son unos accesorios sin importancia.

Precisamente porque conviene pensar en el contenido antes de irse de vacaciones, existe la posibilidad de que nadie se entere de que la empresa está a medio gas por vacaciones. Mezclando automatización y programación se puede conseguir. Esta es la solución a la que solemos recurrir los autónomos porque estamos acostumbrados a tener siempre un ojo mirando a nuestros proyectos, aunque alguno se pierda por el camino.

La duda sería si merece la pena o no publicar en agosto, es decir, si no va a haber nadie escuchando. Qué opinas: ¿desconectamos menos en verano o nos enganchamos más? Cada sector funciona de forma diferente, pero la buyer persona debería tener la respuesta. Si no, recurrir a las estadísticas es lo mejor para saber si tus contenidos reciben la misma, menos o más atención.

Por ejemplo, te cuento un dato de mi web del año pasado: en agosto tuve casi un 2% más de visitas que en julio (lo cual hace suponer que mi audiencia no desconectó), pero en septiembre tuve un 5% menos de visitas (supongo que la vuelta al cole es peor de lo que parece). Entonces, ¿quizá debería publicar más en agosto y menos en septiembre?

Es posible, pero al fin y al cabo mi blog es también personal y puedo hacer lo que quiera con él. Así que, como me estoy centrando en acabar mi nuevo libro (¡el 15!) y además desconectaré por vacaciones (sí, también las hago y tan feliz), desde hoy dejo el blog en pausa hasta septiembre. Pero no te abandono del todo: por un lado, modificaré el contenido de mi newsletter para, en lugar de hacer una nueva guía en 10 pasos, revisar las que ya tengo y que se hayan quedado algo desactualizadas. Y, por otro lado, seguiré en redes sociales un poco como hasta ahora: publicando lo que pueda y me apetezca.

Así que la cuestión del título, de si publicar o no en agosto, tiene muchas respuestas posibles. Te he contado la mía, pero no significa que deba ser la tuya. Si tu carga de trabajo te lo permite, puedes seguir con el mismo ritmo que hasta ahora o relajarte y aprovechar para revisar la calidad de tus contenidos, actualizar tu plan de contenidos o incluso cambiar el diseño de tu web, es decir, cualquier otra tarea para la que «no tenías tiempo».

Es tu decisión.

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