[Contenidos] Blogs y redes, medios sociales que se retroalimentan

Ni los blogs han muerto ni las redes sociales han ganado la batalla: ambos son medios sociales y se retroalimentan constantemente. No tienen que pelearse por ser los favoritos de personas y empresas, cada uno puede cumplir objetivos diferentes, dirigirse a personas distintas, tratar temas complementarios, aprovechar formatos a su manera y mantenerse con su propia frecuencia. Mientras haya una estrategia de contenidos que dé armonía al conjunto, no habrá problema.

Aprovecho los apuntes de una clase que estoy preparando sobre blogging y redes sociales para aclarar algunas ideas sobre el tema.

Datos que relacionan blogs y redes sociales

Según «State of blogging industry» de First Site Guide:

  • El 33,4% de los bloggers se inspira en las redes sociales para crear sus posts y el 10,49% en otros blogs.
  • El 65,73% de los bloggers promociona sus posts en redes sociales, por orden de mayor uso: Facebook, Instagram y Twitter.
  • El 49,73% de los bloggers dice que las redes son su mejor fuente de tráfico.

Siempre hay información interesante en los estudios de Orbit Media, pero me centro solo en la relación blog-RRSS de su «7th Annual Blogging Survey«:

  • El 94% de los bloggers promociona su contenido en redes sociales.
  • El 25% de los bloggers que consiguen resultados de sus blogs dicen que las redes sociales son el canal de promoción más efectivo, ¡el último de la lista!
  • El 63% de los bloggers dice que las redes sociales les traen tráfico.

Aunque vengan de fuentes diferentes, está claro que los dos canales se retroalimentan y mantienen una relación, ahora solo falta ver cómo aprovecharla para que sea beneficiosa para ambas partes.

Diez formas de relacionar blogs y redes sociales

Siguiendo el proceso de creación y promoción de un post, se pueden crear relaciones como las siguientes:

  • Comentar en redes que se está preparando un post sobre un tema para ver qué interés despierta.
  • Preguntar en general o mencionando a expertos por su opinión o referencias relacionadas.
  • Al redactarlo, insertar en el post actualizaciones propias o de otros a modo de cita.
  • Una vez publicado, mencionar a los citados y preguntar a alguien en concreto para saber su opinión.
  • Crear una actualización en redes que sirva de notificación del post (automática o no).
  • Actualizar el perfil de cada red para fijar el aviso en la parte superior y añadirlo a los enlaces, por ejemplo de Linktree.
  • Programar diferentes actualizaciones pasado un tiempo, por ejemplo a otra hora de ese día, a la semana siguiente y en un mes.
  • Reciclar cada post en unas cuantas piezas sociales es una buena forma de alargarle la vida, además de aprovechar mejor los formatos propios de cada red social, por ejemplo hilos en Twitter o encuestas en Instagram.
  • Crear colecciones de los posts publicados: Momentos en Twitter, Guías en Instagram, Álbumes en Facebook, Tableros en Pinterest.
  • Añadir widgets para compartir las entradas y para seguir los perfiles, sea mostrando solo los iconos, el número de seguidores o el contenido publicado en esas redes.
10 formas de relacionar blogs y redes sociales. Share on X

Mientras haces todo esto, no te olvides de cuidar tus canales principales de tráfico porque ya hemos visto que no son las redes sociales.

[Contenidos] Customer journey: datos y plantilla para mapearlo

Empezar con datos es una buena práctica porque nos ayudan a saber qué tal lo estamos haciendo: si son propios, podemos aprender viendo picos y tendencias; si son de otros, sirven para comparar e identificar mejoras que quizá no habíamos valorado. Pero los datos son solo el principio, después hay que ponerse en marcha y para eso las plantillas también sirven como guía.

Datos de uso del customer journey

El problema es que no se suelen compartir datos de lo que se considera estratégico (por eso valoro tanto que cada año quiera participe en mi informe sobre contenidos). Y el customer journey lo es, así que prepárate para conocer un poco más cómo se usa porque he encontrado estadísticas muy interesantes.

Ascend2 y Ansira hicieron una encuesta y publicaron los resultados en el informe «The enterprise perspective on customer journey mapping» (descarga en PDF a cambio del correo). Lo de «enterprise» está justificado porque las respuestas que tuvieron en cuenta son solo para empresas de más de 50 empleados.

Empiezo con el único dato que se podría equiparar y es el de si se tiene o no customer journey. Según sus datos, el 39% dice tener definidos y utilizar customer journey maps. En cambio, del «Estado de los contenidos en España 2020» se desprende que aquí solo el 15% tiene un customer journey definido (casi la mitad que la buyer persona que eran el 29%). Difícil comparar el resto, pero igualmente apunto los datos que me parecen más interesantes:

  • Ya ves, el 53% utiliza como fuente de información para crearlos encuestas a clientes, el 47% investigación de mercado y el 46% analiza el uso del producto.
  • El 48% cree que los puntos de contacto que más mueven al siguiente paso es el correo electrónico y el 42% que son las redes sociales, solo el 32% cree que es la web.
  • El 41% se queja de la ausencia de recursos para implementarlos, el 30% específicamente de presupuesto.
  • El 60% considera que el departamento de marketing es el más implicado en el mapeo.
  • El 55% tiene (o planea tener) entre 3 y 5 mapas, el 21% 1 o 2 y el 9% más de 11.

No sé si en la comparación pesa más el tamaño o la localización de las empresas, pero es fácil salir perdiendo, incluso viendo que tienen margen de mejora.

Datos de #CustomerJourney: lo normal es tener entre 3 y 5 mapas, ¿cuántos tienes tú? Share on X

Recomendaciones para hacer un mapa de contenidos

Un mapa de contenidos muestra las piezas interesantes para la audiencia considerando su relación con la marca. Por eso lo primero es crear la buyer persona y ponerse en su piel para poder acompañarla en su viaje.

Después, en lo que a estrategia de contenidos se refiere, viene la generación de ideas para piezas que cubran cada momento y punto de contacto y, por último, repartirlas y priorizarlas en el plan de contenidos.

No caigas en el error de centrarte demasiado en el durante, también hay que crear contenidos para el antes y el después que sean capaces de inspirar y enamorar.

Plantillas para customer journey map

Hay muchas plantillas para crear el customer journey y también el mapa correspondiente. Yo tengo una en mi plantilla todo en 1 para Notion, pero hay muchas opciones para reflejar ese viaje.

La más habitual tiene esta forma (PDF de Irene Ferrer), aunque realmente hay que adaptarse y darle la que haga falta para que resulte comprensible. En Toptal han recopilado una buena selección de ejemplos para demostrarlo.

Qualaroo ofrece una guía muy completa con tipos, recomendaciones y plantilla final, mientras que en SocialBakers dan la descarga de varias formas de llenar el mapa a cambio del correo.

Libros sobre customer journey mapping

Yo dedico el segundo capítulo de «Pilares del contenido» a hablar de la buyer persona como punto de partida para el customer journey (puedes leerlo gratis con la prueba de 30 días de KindleUnlimited y, si te animas, también mis otros libros dedicados a los contenidos).

Hay algunos libros centrados solo en el viaje del usuario. Te recomiendo este camino (el más económico): empieza por «The Customer Journey: How an Owned Audience Can Transform Your Business» (PDF a cambio del correo o en Amazon); después, pasa a «Content Mapping: Unlocking the Power of Content to Increase Engagement, Leads and Sales«; y acaba con «Customer Journey Mapping» de Chantel Botha (incluido en KindleUnlimited) porque habla de mapeado enfocado a experiencia del cliente y así cierras el tema.

[Contenidos] Slow content y JOMO para hacer un plan más realista

¿Ha pasado el slow content de moda? Tuvo su momento, debe hacer ya un par de años, pero tengo la sensación de que los impacientes han ganado porque se premia a quienes van más rápido. Mientras, la alegría de perderse cosas (JOMO como contraposición al FOMO) trata de abrirse camino para que más personas se detengan a oler las rosas. No se puede elegir la velocidad a la que pasan por tu lado, pero sí puedes marcar tu propio ritmo y que así el plan de contenidos sea más realista.

¿A qué velocidad quieres que vaya tu audiencia?

La velocidad tiene que ver con el consumo de contenidos y, aunque relacionada, no es la frecuencia de publicación. Ir rápido significa consumir muchos contenidos en poco tiempo, como aquel que quema combustible a toda velocidad por la autopista. Y publicar mucho es cuando se quiere mantener constantemente alimentados a esos coches primando la cantidad y no la calidad. Lo contrario es el slow content, es decir, crear menos contenidos pero mejores, más reflexivos, por eso normalmente son más largos y atemporales.

La decisión de a qué velocidad quieres ir impacta de lleno en la estrategia de contenidos: ¿prefieres muchos contenidos que se leen rápidamente o pocos que se disfrutan con calma? ¿O una mezcla de ambos?

Quizá ya has encontrado tu ritmo y no te habías dado cuenta. Repasa tu plan de contenidos de la última semana y marca cada pieza, por ejemplo con un semáforo, según su velocidad de consumo (puedes usar una columna a tu plantilla). Valora si has de quitar el pie del acelerador o pisarlo un poco más.

Algunas ideas para añadir a tu planificación.

Contenidos de rápido consumo

En redes sociales, casi todo el contenido se lee a gran velocidad, especialmente el efímero. Cualquier cosa que publiques te hará salir del paso si quieres ir por la vía rápida. No hace falta que pienses mucho en ello, sirve cualquier imagen de tu producto con una frase más o menos ingeniosa o un enlace promocionando otras redes.

Aún así, puedes intentar impactar, provocar una respuesta emocional y conseguir que se detengan un poco. Por ejemplo:

  • Con la imagen de tu producto destrozado o un montaje ridículamente falso de un desarrollo imposible.
  • Con una composición que llame la atención por su belleza visual, por ejemplo por los colores o su simetría.
  • Con preguntas obvias y simples que, en realidad, no tienen una respuesta tan evidente.

Aunque lo parezca, el tiempo de creación de las piezas no tiene que ver con la velocidad de consumo: se vea en unos segundos o se lea en minutos, se pueden tardar horas en crearlas.

Contenidos de velocidad media

Una newsletter puede ser rápida si sirve de notificación de una campaña o lenta si te obliga a pensar un poco como pretendo con mis newsletters. Por eso dejo este formato en velocidad intermedia, para que decidas su lugar en tu plan.

Hay más posibilidades dentro de lo que sería el punto medio:

  • Un post o un vídeo no muy largo, por ejemplo: busca la grabación de un webinar de media hora y publica un resumen que se lea en cinco minutos.
  • Un carrusel de imágenes para redes sociales que explique de forma fácil un proceso complejo.
  • Un hilo en Twitter de no más de cinco tuits recomendando proyectos de tus clientes.

Son formatos que se adaptan fácilmente a cualquier ritmo: un texto muy largo o demasiadas fotos pueden convertir la pieza en consumo lento y, si la troceas en varias más pequeñas, acabará siendo rápido.

Contenidos de lento consumo

En general, hace falta más tiempo para leer más palabras, así que equivale a contenido de menos velocidad. Aunque suelen tener menos frecuencia, sirven a muchos objetivos así que es buena idea incluir algunos en tu plan. Por ejemplo:

  • Un descargable con datos o análisis del sector se puede resumir, pero igualmente obliga al lector a dedicarle bastante tiempo a interiorizar los aprendizajes que se extraen.
  • Los artículos largos que funcionan como tutoriales, agregación de recursos o listas de por lo menos diez ítems son lentos y duraderos porque se guardan para consultar más tarde.
  • Rondas de preguntas a varias personas invitadas o cualquier pieza que implique la intervención de un grupo de gente, además de que suelen ser complicadas de gestionar, se convierten en piezas con muchos aprendizajes, aunque largas.

Los contenidos de consumo lento se pueden combinar con los rápidos y así mantener una presencia constante mientras se están desarrollando.

Diez ideas para fijar la velocidad de consumo de tus contenidos. Share on X

¿Qué pasa si tu mejor contenido se pierde?

Pongamos que has establecido tu plan, apostando por el slow content y eligiendo el contenido que publicas por su calidad. Pero no hay reacciones, nadie parece prestarle atención porque pasa desapercibido entre tanta cantidad de contenidos (content shock). Surgen dudas y la gran pregunta: ¿es por mí o es la audiencia? Y se vuelve a las andadas, a incrementar la frecuencia a costa de bajar la calidad.

Lo que era un buen plan, queda reducido a papel mojado y la razón suele estar en pecar de pesimista en el análisis. Seamos realistas: eligiendo calidad has discriminado a los que no aceptan ese ritmo. Pero, si miras bien, es posible que sí hayas conseguido que se queden y te presten atención los que disfrutan del camino.

¿Es compatible la baja frecuencia del slow content con la alegría de perderse cosas (JOMO)? Pues sí, no hace falta que la audiencia tenga miedo de no enterarse de lo que publicamos, no hay que añadirle estrés a su vida. La solución es un sistema de republicación y reciclaje que le permitirá volver a encontrarse con esa pieza tan fantástica que has preparado. Fíjate en que, si tienes un buen plan, lo más probable, es que tengas muchas buenas piezas para rentabilizar. No es que necesites más, «solo» han de ser mejor.

Así que no te estreses por llenar de muchos contenidos tu plan, invierte en su calidad y en su correcta promoción.

Acabo con un ejemplo muy rápido (ejem): este post empezó siendo una de las ideas para mi MusaLeaks de ayer, pero al final preferí desarrollarla aquí. La razón está precisamente en el slow content: mi newsletter te da ideas prácticas (como las viñetas que han acompañado las velocidades de los contenidos) y me estaba extendiendo escribiendo una reflexión que implicaba un cambio de marchas.

[Contenidos] Qué necesitas para concretar qué has de publicar

Llevo más de una década dando clase sobre contenidos y cuando entro por la puerta lo habitual es que los alumnos esperen que hablemos de qué han de publicar. Algunos se preguntan también por el cómo, pero en todos estos años muy poquitos se han preocupado del por qué. Supongo que es porque mi asignatura les viene en el programa, es decir, dan por hecho que es una forma de conseguir tráfico para su proyecto, por ejemplo.

El escenario ideal es 1/ sé qué quiero y 2/ voy a utilizar los contenidos para lograrlo (léase estrategia de contenidos o cualquier otra). Así ocurre cuando doy clases en un máster por lo que no tengo que dedicar mucho tiempo a definir los objetivos (punto 1) porque otro profe lo ha hecho ya y solo tengo que adaptarlos (punto 2). Pero el orden se invierte cuando se trata de otro tipo de formación más desestructurada o incluso autodidacta, aunque no es buena idea empezar por crear contenidos y luego plantearse para qué se está haciendo o buscar alguna estrategia en la que encajen a ver si hay suerte.

Así que te propongo responder a la pregunta del título a nivel de estrategia (para los que aún no tienen claro el objetivo) y de táctica (para los que ya saben para qué los quieren utilizar).

Cómo saber qué publicar a nivel estrategia de contenidos

La respuesta está en las columnas de la plantilla de un plan de contenidos:

  • ¿Sirve para cumplir tus objetivos? Se puede planificar sin objetivos siempre que se tenga alguna referencia, aunque es mejor no hacerlo y esperar a tenerlo más claro.
  • ¿Se dirige a la audiencia correcta? Es sencillo creer que se conoce quién queremos dirigirnos, pero he comprobado que no es así cuando se intenta profundizar para crear mejores contenidos.

Así que lo que necesitas para saber qué publicar es una estrategia de contenidos que concrete bien qué quieres conseguir y de quién. En base a estas dos preguntas, el resto viene rodado: sobre qué han de ir tus contenidos, cómo prepararlos, dónde y cuándo publicarlos viene después. Repito porque es importante: después. Sin objetivos y audiencia, no se puede hacer una estrategia de contenidos (ni cualquier otra).

Cómo saber qué publicar cuando los contenidos son una táctica

La diversión (otros dirían que el éxito) está en decidir qué elementos se mezclan para lograr los objetivos. Por eso puede ocurrir que los contenidos sean una más de las tácticas de otra estrategia, como de social media, inbound, SEO, comunicación… Entonces saber qué publicar es mucho más sencillo: la respuesta ya es conocida y tiene forma de briefing.

Lo básico sería un resumen de la estrategia, es decir, el contexto para entender: objetivo y audiencia, como mínimo porque siempre es interesante conocer otras acciones. Por ejemplo: si el contenido toma forma de newsletter para email marketing, necesitaríamos saber qué objetivo tiene (informar, compras, registros, descargas…) y a qué segmento de la lista se enviará.

Es lo mismo que había en el plan, sí, pero insisto en la diferencia: aquí te lo dan hecho por alguien que tiene en cuenta algo más que contenidos (táctica), allí lo tenías que definir tú como content strategist (estrategia).

¿Qué información básica hace falta para saber qué publicar? Spoiler: objetivos y audiencia. Share on X

Si quieres tener un plan con la definición de objetivos, el perfil completo de tu audiencia y un briefing para diferentes formatos, mira mi plantilla todo en 1.

Además, hay herramientas basadas en inteligencia artificial que crean automáticamente los briefings. Tengo ya tres localizadas en mi directorio.

[Contenidos] Qué he aprendido preparando mi nueva newsletter de pago

Hará unos cuatro meses que mi newsletter cumplió 10 años. Entonces comenté algunas opciones que existen para monetizar los envíos, aunque advertí que no era mi intención rentabilizarla directamente y sigo pensándolo. Pero sí me apetece probar esta opción con contenidos diferentes a los que envío ahora y por eso los domingos serán los días de mi nueva newsletter de pago.

Llevo varios años (sí, años) con una idea en la cabeza y, después de muchas vueltas, creo que hacer un envío semanal es un formato que se ajusta a lo que quiero conseguir (te lo cuento al final del post). Por eso he leído, probado y aprendido mucho en este tiempo sobre monetización de boletines así que prepárate porque este va a ser un post largo lleno de enlaces sobre newsletters de pago.

¿Qué es una newsletter de pago?

La propuesta de Peter Yang muestra gráficamente que los creadores de contenidos pasan por varias etapas: de simplemente publicar a crecer y después monetizar. Es algo gradual, pero yo diría que inevitable también en cuanto al email se refiere.

Una newsletter puede financiarse con publicidad o patrocinios, aceptar donaciones, ganar algo con afiliados o cobrar a los suscriptores. Hay muchas más vías, pero estas son las más habituales para cumplir con el objetivo de rentabilizar la base de datos o de monetizar el esfuerzo que supone preparar y enviar los mensajes, además de compensar el gasto de las herramientas para hacerlo. Y solo la última, en negrita para que quede claro, es una newsletter de pago: los suscriptores dejan de ser personas con intereses comunes y se convierten en clientes, ni siquiera en patrocinadores. Los suscriptores de pago compran algo. ¿El qué? Ahí está la clave.

¿Qué enviar en una newsletter de pago?

Se puede enviar cualquier cosa por correo electrónico con la gran ventaja respecto a los blogs de poder segmentar los mensajes. En Newsletter Crew hacen una clasificación de tres grandes tipos de newsletters de pago:

  • Artículos privados: el valor de esta especie de blog por correo está en lo que se cuenta porque suele ser más personal de lo que se compartiría públicamente. La versión gratuita sería la típica newsletter con el último post del blog corporativo.
  • Resumen curado: el valor está en la capacidad de recopilar y filtrar información de un tema concreto, es decir, del criterio del curator para elegir lo más relevante y compartirlo dándole el contexto adecuado. Mi newsletter actual es un ejemplo gratuito de los muchos que hay.
  • Servicio por correo: el producto es el propio mensaje así que el valor está en recibir una newsletter que sea la solución a un problema. Es lo que espero conseguir con mi nueva newsletter de pago, enseguida te cuento más. Por cierto que esta opción podría considerarse Newsletter as a Service (NaaS), aunque ahora se asocie más a las herramientas o servicios premium de medios.

Hay otros tipos de newsletters (en el blog de Journal cuentan 10), pero coincido con que estas son las que aportan más valor y, por tanto, las que tiene más sentido pensar que es posible monetizar.

Jeff Goins propone 10 pasos para conseguir que te paguen como creador de contenidos, empezando por identificar el problema que se quiere solucionar e incluyendo ser diferente y conseguir superar las expectativas (otra forma de decir retener a los suscriptores).

El valor del contenido de pago

Entonces, ¿por qué alguien querría pagar por recibir una newsletter? Supongo que también te lo estarás preguntando para decidirte apuntarte a la mía porque yo lo hago con las que recibo y mi conclusión es que se trata de una cuestión de valor, en otras palabras: querer algo diferente. Y, considerando que las newsletters de pago empiezan como gratuitas o incluyen alguna versión sin coste, puntualizo: recibir algo diferente a lo que se puede conseguir gratis. Claro que habrá quien prefiera algo por la patilla aunque pierda calidad, pero no sería el público objetivo.

Así que lo primero en esta estrategia de conseguir suscriptores que estén dispuestos a pagar por recibir un correo electrónico cada cierto tiempo (luego hablamos de la frecuencia) es tener claro cómo combinar el contenido gratuito y el de pago.

Lo clásico es creer que la versión gratis tiene la mitad de contenido que la de pago, por poner un ejemplo. Pero según la experiencia de Josh Spector, la diferencia está en el tipo de información, no en el volumen. Si envías algo distinto, ambos han de ser de calidad y no tendrás que elegir qué envías a cada grupo para distinguirlos.

Otra propuesta en esta línea es la de Simon Owens para quien la diferencia se consigue con la personalización, es decir, en conocer las necesidades (sectores en su caso) de los suscriptores de pago para evitar enviar algo genérico que podrían conseguir gratis.

Las estrategias de otras newsletters de pago

En cualquier estrategia hay que hacer una mínima investigación para saber qué hay en el mercado, en este caso de las newsletters y concretamente en las de pago. Google no es la solución porque van a las bandejas de entrada, pero sí ayuda a encontrar directorios de newsletters como Vuzzon, Thanks For Subscribing, Letterlist y otros para hacer algo de benchmark y definir la propia estrategia. Aprovecho los datos de la muestra de Newsletter Spy:

  • Contenido: ¿cuánto es gratis y cuánto de pago? La media es del 43% gratis y 57% de pago, aunque hay extremos como 84% gratis o 67% de pago.
  • Frecuencia: ¿cada cuánto se envían? Hay diarias, cada par de días y semanales, no mensuales.
  • Precio: ¿cuánto cobran? Lo mínimo parece ser 5$, aunque yo suelo encontrarme 10$, y con descuentos por suscripciones anuales.

En base a eso, ya puedes organizar tu propia estrategia. En ConvertKit sugieren seguir seis pasos y diría que el primero es el más importante: asegúrate de que una newsletter de pago es adecuada para tu proyecto. Como te decía al principio, hace varios años que yo quería lanzar algo, pero no encontraba el formato (incluso valoraré desarrollar una app). Ahora creo que un servicio de suscripción por correo es una buena idea (luego te cuento más).

También te recomiendo las preguntas que plantean desde NPR para encontrar la identidad de tu newsletter (sea de pago o no): las reflexiones de este tipo siempre ayudan a enfocar mejor por dónde ir. Además, como recuerda Owens: es un negocio. Así que hay que tratarlo como tal, es decir, dedicándole tiempo a encontrarle sentido para ti y tu audiencia y vigilando las métricas como la tasa de conversión y la de cancelación (churn rate).

Ejemplos de newsletters de pago

Buscando referencias cercanas, solo conozco una newsletter de pago en España: Gente Invencible, de Álvaro Sánchez. La encontré en Planeta M podcast y, al verdad, me hizo mucha ilusión. Si sabes de otras, avísame en los comentarios.

Hay algunas listas de newsletters de pago en otros países/idiomas, como las de este hilo, las de Newsletter Crew o las que comenta el propio Álvaro en su post. De momento, yo no he pagado por ninguna así que no puedo ponerte ejemplos que conozca de primera mano, más allá de sus versiones gratis.

¿Cómo enviar una newsletter de pago?

Insisto en que, antes de pensar en herramientas, hay que tener clara la estrategia porque influye en las funcionalidades que se necesitan. Te aseguro que llevo varios meses pensando en cómo hacer mi newsletter de pago. Mi idea ha mutado varias veces solo por tratar de adaptarla a cada nueva herramienta con la que me encontraba (¡y he probado varias!). Reconozco mi error porque solo he conseguido dar vueltas, desviarme de mi objetivo y retrasar el lanzamiento. Así que, como en cualquier estrategia, primero céntrate en lo que quieres y ya buscarás después el cómo o con qué lograrlo porque hay muchas posibilidades.

12 herramientas para enviar newsletters de pago

Para gestionar una newsletter de pago, hay que combinar varios elementos:

  • Una web o landing donde insertar el formulario para recoger los datos de los suscriptores (hay muchas herramientas nocode para hacerlo fácilmente).
  • La gestión de los pagos, es decir, añadir al formulario la posibilidad de entrar los datos de la tarjeta de crédito y también poder crear facturas o manejar cancelaciones y devoluciones (Stripe es casi el estándar de los pagos y se integra con cualquiera de las otras).
  • Un servicio para hacer los envíos a los suscriptores que han pagado (MailChimp, por ejemplo), lo que implica sincronizar los pagos con las altas y bajas de la lista (para esto sirve Zapier o cualquier otra similar).

Para cada uno hay una herramienta posible y alguna que lo hace todo porque también puedes añadir alguna funcionalidad extra, como por ejemplo acceso al contenido de una web, descarga de material adicional o foros para crear una comunidad.

Hay muchas herramientas para enviar una newsletter de pago así que las he organizado un poco según mi criterio:

  • Nativas: Substack y Revue son las herramientas más conocidas de las pensadas para que los creadores de newsletters puedan cobrar por enviarlas, pero también están Buttondown y Letterdrop. Diría que es la opción más sencilla y perfecta para probar y ver qué pasa (MVP).
  • Email por añadidura: Ghost y Squarespace apuestan por complementar sus servicios con newsletters de pago y hasta WordPress sirve si usas Newsletter Glue. Es una opción si ya los usas.
  • Venta de contenidos: Gumroad y ConvertKit permiten cobrar de forma recurrente a suscriptores y enviarles mensajes, aunque en realidad sean lugares o servicios para ofrecer productos digitales. Al estar pensados para gestionar pagos pueden resultar útiles.
  • Miembros: igual que algunos plugins de WordPress, Pico y Memberful (o Patreon que lo compró hace unos años) convierten una web en una zona solo para los que hayan pagado y también tienen opción de enviar emails sincronizándose con plataformas externas como MailChimp (por ejemplo). Es la vía para crear algo más que una newsletter de pago.

La lista no tendría fin porque hay muchas otras que quizá no son tan conocidas (aquí en España está arrancando Suscribia), pero que tienen el mismo objetivo: cobrar a cada suscriptor. En el blog de Yirla han hecho una comparativa que clarifica las diferencias considerando el tipo de creador de contenido y el propio Revue una con sus funcionalidades y las de su competencia.

Para los más curiosos, yo he usado MailChimp, Gumroad y Zapier.

Musa Leaks, mi nueva newsletter de pago

Todo esto es negro sobre blanco lo que he aprendido estos meses mientras preparaba lo que hoy ya puedo contarte es mi nueva newsletter de pago. Se llama Musa Leaks y es un servicio de ideas para tus contenidos.

¿Te faltan ideas para llenar tu plan de contenidos? Apúntate a Musa Leaks y recibe tres ideas para inspirarte a crear contenidos diferentes. Te llegarán a tu bandeja de entrada cada domingo a las 10h para que puedas añadirlos a la planificación de la siguiente semana y así tener siempre algo interesante que compartir con tu audiencia.

Lee los secretos que te revelará la musa y deja que llene tu cabeza de ideas para piezas fáciles de hacer realidad en tu blog y redes sociales. Ahorrarás tiempo, dejarás de estresarte por no saber qué publicar y verás cómo los contenidos de calidad consiguen resultados.

¿Quieres ver un ejemplo? En la newsletter que acabo de enviar tienes una pequeña muestra.

Musa Leaks es un servicio de ideas para inspirar tus contenidos.

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