En el trailer de «The last shot» («El último golpe», aunque quizá era mejor «La última toma») , Mathew Broderick pregunta «¿Y qué hace un productor?». Es una pregunta típica, que todos nos hemos hecho alguna vez, ¿verdad?
Para la mayoría la respuesta más fácil: «pone la pasta». Pero en realidad, deberíamos separar el concepto «executive producer» del «producer» para entender mejor qué hace un productor de cine. El primero sí es quien pone los recursos económicos, el segundo es quien «produce» la película.
Aquí, lejos de la factoría de sueños oficial del Mundo, suelen coincidir en una misma persona y por eso suele parecer que el productor invierte en la pelicula. En realidad, aquí también se mezclaría el trabajo del director que suele ser el que se busca la vida para poder ver sus sueños en la pantalla.
Al final en España tenemos personalidad múltiple, tres es uno: director-productor-inversor. Quizá por eso es más fácil pensar en el modelo americano para poder contestar a la pregunta de Broderick. Una definición que me parece adecuada: productor es quien «organiza la realización de una película».
En la fase de preproducción entra buscar la financiación, gestionar el presupuesto, contratar al equipo y proveerlo.
En la fase de producción de un mundo ideal, debería intervenir lo mínimo porque aquí el que manda es el director, aunque éste dependa del productor. Si se ha hecho bien la preproducción, el director no debería necesitar de él, pero siempre acabará vigilando el presupuesto y supervisando el rodaje.
En la postproducción, también debería centrarse en la promoción para recuperar la inversión y no del montaje de la película, aunque también sabemos que hay veces que las dos cosas están relacionadas.
En resumen, un productor vela porque la película empiece y se acabe bien. Es una labor racional, la emoción la pone el director. Por eso el productor vigila que el director tenga los pies en el suelo y controla el gasto.
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