Ayer al despertar no sabía quién era Milly Buonanno, pero después de leer la entrevista que Víctor Amela le hizo para «La Contra» de La Vanguardia, a mediodía ya podía decir que me interesaba lo que tiene que contar (y que personaje favorito es Tony Soprano y su serie preferida «Sexo en Nueva York»).
La excusa era la creación del Observatorio de Producción Audiovisual de la UPF y las preguntas a esta experta en series europeas estaban bastante a la altura. Entre bocado y bocado del desayuno, copié algunas ideas interesantes:
«A más capítulos, más rentable es la hora de producción» Me pregunto: ¿Cómo de rentable es producir una serie de 13 capítulos si luego sólo se emite un par? ¿Realmente aprovechamos esta regla de tres en España? ¿Fue rentable «Ellas y el sexo débil» o «Tirando a dar«?
Ante su frase «España es el feudo de la comedia», Amela le comenta que «otra cosa es la calidad» y Buonanno sale en defensa de la series diciendo que la gente busca «proximidad en sus historias» lo cual es «bueno porque fomenta la producción propia y malo porque no circulan las producciones». La verdad es que siempre me ha sorprendido que exportemos series porque siempre he creído que el humor no funciona igual en todos los países, a veces ni siquiera entre comunidades (aunque Andreu Buenafuente reivindicase lo contrario en la entrega de los Ondas).
Casualmente estaba intentando poner orden a recortes de prensa y me he encontrado con uno del diario adn del 9 de noviembre que hablaba del Spain Expo TV, donde Ignacio Domínguez, Director de Indústrias Culturales de la Oficina Comercial de España en Miami (donde se organiza anualmente el evento), comentaba que «el producto español es ahora de cariz mucho más internacional y evita caer en el carácter excesivamente local de etapas anteriores».
Según él, este fenómeno se explica «a través de la inmigración de latinos en España, lo que ha globalizado las temáticas». Curiosamente, Buonanno también opina lo mismo en «La Contra» y cree que esta influencia (no sólo la latina) se refleja en la «incorporación de personajes y argumentos más cercanos a la inmigración».
Amela hace una interesante pregunta a Buonanno: «¿cuál es el futuro de la televisión pública?» La respuesta es aún mejor: «será necesaría para cohesionar; contra los guetos y a favor del sentido de comunidad». Pienso en cómo es nuestra televisión pública y me parece imposible pensar en su futuro. Envidio sinceramente la perspectiva que tiene Emily para poder responder a esta pregunta.
Para acabar, me hizo gracia que, según la entrevistada, «Rex» (el ejemplo que pone Amela de producción europea que sí triunfa en España) es una serie pensada para limpiar la imagen de los pastores alemanes como perros nazis. Me pregunto si tenemos nosotros alguna serie que limpie nuestra imagen histórica.
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