[Contenidos] El marketing de contenidos inicia conversaciones

Hay dos palabras que están en boca de todos. La primera, obligatoriamente, es marketing de contenidos. Resulta que ha sido elegida como palabra del año por los anunciantes de EEUU. Me resulta curioso por dos motivos: primero porque hace ya varias décadas que se inventó el concepto y segundo porque los anunciantes crean que se ha hecho más bombo sobre content marketing que sobre algo que influye tanto en sus resultados como el ad blocking.

En fin, han tardado en darse cuenta de que el marketing de contenidos no es una moda pasajera. Pero se lo perdonamos porque lo importante es llegar a la meta, ver los contenidos como algo que les puede ayudar en su trabajo y no solo algo que tienen que aguantar porque lo necesitan para poner anuncios.

La segunda palabra me la propuso Magali: ¿por qué seguimos hablando de conversaciones en redes sociales si cada vez hay menos conversaciones? La pregunta, versionada de varias maneras, es relativamente frecuente en algunas clases que doy. La respuesta es complicada porque la culpa la tienen esas personas adorables para las que se supone que trabajamos. Y no son nuestros clientes, no: son los clientes de nuestros clientes, es decir, los usuarios.

Todos seguimos interactuando con los contenidos… pero los que publican nuestros amigos. En Facebook, solo algunos (o muy pocos) reaccionan a publicaciones de marcas. Piénsalo: ¿cuándo fue la última vez que dejaste un comentario en un blog corporativo? ¿Por qué respondiste al tuit de una empresa?

Reaccionar, reaccionamos… pero no con todos los contenidos. Si no hablamos con las marcas es porque lo que nos cuentan no nos interesa. ¿Para qué perder el tiempo relacionándonos con ellas ni no hablan ‘nuestro idioma’? El marketing de contenidos es una posible respuesta a este problema porque sirve para iniciar conversaciones relevantes, ayuda a crear mejores marcas y mejores relaciones con los clientes. Pero seamos conscientes de dónde se encuentra cada empresa antes de hacer algo.

Hay quien aún no sabe qué es el marketing de contenidos o lo ha oído mencionar pero no lo utiliza. También hay quien tiene perfil dentro de Facebook pero ni se plantea utilizar esta red social o cualquier otra para su negocio. ¡Hay de todo! Cada empresa es diferente en modelo de negocio, sector, recursos disponibles…

Por eso propongo moderación: sigamos hablando de estos conceptos pero no como si fuesen la solución a todos los problemas. Ni lo es el marketing de contenidos, ni las redes sociales, ni el engagement… No hay soluciones que sirvan para todos, al contrario, hay que utilizar la más conveniente y no tiene por qué ser la misma siempre.

Seguiremos diciendo que el marketing de contenidos es importante, pero primero hará falta tener una estrategia de contenidos. También lo son las redes sociales para establecer conversaciones, pero es necesario entender qué es un diálogo hoy. Te propongo que reflexiones sobre ello y lo apliques a tus planes para el 2016: cuida los contenidos y haz que sirvan para algo, por ejemplo, para tener temas de conversación con tus clientes potenciales.

Resumen de la publicación de mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 281, 28-12-2015).

«Estrategia de contenidos. Técnicas para que tu empresa crezca», mi libro para madurar con los contenidos

No es fácil que una editorial te publique, aunque tu nombre esté ya en unos cuantos libros. Pero no importa, los autores podemos ser también editores y autopublicarnos. Y eso es lo que he hecho con mi último libro, «Estrategia de contenidos. Técnicas para que tu empresa crezca» que ya está disponible en ebook para comprar en Amazon.

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Vademécum de contenidos: lo fundamental sobre el marketing de contenidos

ebook "Vademécum de contenidos: Beneficios"Un vademécum es un documento de fácil consulta que contiene la información fundamental para entender una materia. Es más extenso que un diccionario (éste casi solo contiene definiciones) pero tampoco es un manual de instrucciones (no hay tanto detalle). Seguramente te suene a medicina pero yo le he dado otra aplicación y he empezado a crear el primer Vademécum dedicado a los contenidos.

Es un complemento perfecto para mi próximo libro así que lo voy haciendo por entregas:

  • La primera está dedicada a los objetivos que pueden cubrirse con las diferentes disciplinas que utilizan los contenidos: branded content, content curation, inbound marketing, storytelling…
  • La segunda explica los beneficios que se consiguen haciendo un buen uso de los contenidos: tráfico, reputación, ventas…

Iré completándolo poco a poco y ofreciéndolo como contenido exclusivo para mis suscriptores.

[Contenidos] Dos errores fáciles de cometer al redactar una estrategia de contenidos

Hoy quisiera hablarte de lo fácil que es desviarse del camino cuando se trata de planificar contenidos. Lo he visto varias veces estos días revisando los ejercicios de varios alumnos y creo que es un error que se puede evitar fácilmente.

Para planificar contenidos (y cualquier cosa), primero hay que comprender la situación. Saber qué hace la competencia y conocer lo que piensa nuestra audiencia es tan básico para ponerse manos a la obra como el definir bien qué queremos conseguir (cuáles son nuestros objetivos). En esta fase de investigación preliminar se puede invertir mucho tiempo, tanto que puede perderse mucho por el camino.

Entonces, tras horas y horas navegando a la caza y captura de información, volvemos al procesador de textos para escribir ese documento que nos ha de ayudar a conseguir lo que queremos. La hoja está en blanco pero tenemos muchos datos así que los ponemos todos ahí para conservarlos y que parezca que las decisiones están justificadas.

Va muy bien encontrar datos sobre el sector que explican el comportamiento del consumidor de nuestros productos. Pero si después no hacemos nada con esa información, ¿de qué nos sirve? Genial, sabemos que a nuestro futuro cliente le preocupa el pago seguro cuando compra online (típico estudio útil para ecommerce) pero no hacemos nada para quitarle ese freno. Con lo fácil que es poner iconos, aclarar qué es el https, explicar paso a paso el proceso y sus beneficios… al fin y al cabo, ayudarle es ayudarnos.

Seguimos con el documento y, de repente, cuando más diferenciador debería ser nuestro contenido, sufrimos una especie de amnesia que nos hace olvidar todas las palabras anteriores y caemos en escribir lo típico que se espera en cualquier estrategia de contenidos. Hay muchos pero destaco tres tópicos:

  • Contenido de valor que consiga interacciones y engagement
  • Contenido visual que sea fácil de compartir y se haga viral
  • Contenido escrito en tono cercano para humanizar la marca

Y nos quedamos tan anchos. A ver, ¿con decirlo se va a cumplir? Estas frases son perfectamente válidas, está claro, pero si no se explican al detalle no sirven de nada porque, como buenos tópicos que son, sirven para cualquiera. Eso no es una estrategia de contenidos, es una plantilla copiada y pegada sin ningún tipo de personalización.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 267, 21-09-2015).

[Contenidos] Mezclando marketing de contenidos y autopromoción

Hoy quisiera hablarte de dos conceptos extremos: marketing de contenidos y autopromoción. Está claro que no son lo mismo pero sí puede crearse una escala entre ellos de 0 a 100 para desdibujar los límites hasta un punto intermedio en el que pueden llegar a confundirse.

100% marketing de contenidos

Como seguro que ya sabes a estas alturas, el marketing de contenidos trata sobre lo que a nuestra audiencia le interesa. Ofrece contenidos educativos, que ayudan y aportan valor al lector y cliente potencial. El formato no influye para determinar ‘cuánto’ marketing de contenidos ‘tiene’ pero quizá sí puede variar el porcentaje si valoramos el origen del contenido:

  • Creado por terceros y recomendado por la empresa. Sería un ejemplo de curación de contenidos, por ejemplo, un retuit con una infografía o vídeo sobre nuestro sector en general… y sin que nos mencionen. 100%, claro.
  • Creado por la empresa, sin hablar directamente de nosotros aunque, está claro, sí dentro de los temas que nos son propios. Tendría quizá un puntito menos que el anterior.

Este tipo de marketing de contenidos es, digamos, más maduro que el de otros porcentajes. Aunque también puede criticarse el hecho de no mostrar interés comercial en la publicación… sobre todo a la hora de tratar de rentabilizar esos contenidos.

100% autopromo

En el otro extremo del marketing de contenidos, está el contenido corporativo orientado a autopromoción. Es aquel que habla de nuestro producto o servicio tan claramente que acaba con una llamada a la acción relacionada tipo ‘compra ahora’ o ‘en oferta’. Tampoco aquí el formato influye y podría considerarse una variable quién habla de nosotros:

  • Cuando somos nosotros mismos hablando de nosotros mismos es puro ego, necesario para darse una alegría de tanto en tanto. Sería un 100 seguro.
  • Cuando lo hacen otros, parece menos promocional. De hecho, puede serlo si no lo hemos provocado pero se convierte en autopromo cuando lo compartimos en nuestras redes sociales. Un ejemplo típico sería un retuit de alguien que dice que nuestro producto le gusta. Es promo pero escudada en que lo han dicho otros así que tendría un puntito menos que la anterior.

El contenido promocional es el más fácil de generar por las empresas: es sencillo hablar de uno mismo que de los demás. Pero no debería ser siempre así, conviene equilibrarlo con marketing de contenidos.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 256, 06-07-2015).

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