[Contenidos] Blogging y copywriting al servicio de la atención al cliente

Los blogs son herramientas de comunicación muy versátiles que ofrecen beneficios a todos los departamentos de una empresa. Es típico hablar de ellos para marketing y comunicación, pero también son útiles para otros como el de atención al cliente: se pueden utilizar para dirigir ahí a los usuarios cuando quieren resolver sus dudas más visualmente que por teléfono.

Solo por instalar WordPress (o cualquier otro CMS) ya tenemos un blog, pero no es más que una herramienta de publicación. Hay numerosos plugins que ampliar sus posibilidades para pasar de un simple escaparate, catálogo comercial o tienda a foro, wiki o base de conocimiento.

Lo que diferencia a un blog orientado a marketing de contenidos de uno con foco en atención al cliente no es solo el diseño o la forma de mostrar los posts, es la forma en que están escritos.

Redacción en blogs de atención al cliente

Para que los clientes se sientan tan bien tratados en el blog como por teléfono, es necesario redactar con empatía y de forma lo más clara posible. Así se convierte para ellos en un canal útil al que volver la próxima la vez que se tenga una pregunta.

Algunas ideas, siempre partiendo de la necesidad de conocer bien al usuario, cliente o lector de los posts.

Titulares

Cuando se llama/chatea con atención al cliente, es porque se tiene un problema. Sea lo que sea, en ese momento supone un quebranto que provoca una o varias preguntas. Empezar la planificación del blog según esas preguntas es una buena forma de responder las dudas de muchos usuarios.

«Cómo…» es la cuestión, pero puede plantearse también con un «Dónde está encontrar…». Pueden combinarse con definiciones «Qué es…» para formar un glosario propio al que hacer referencia. Entonces, cuando el usuario dispone de toda la información básica, se pasaría a títulos tipo «Por qué…» para ampliar su base de conocimiento con preguntas de mayor nivel. Así, no solo se le ayuda a conocer el sector, también a tomar mejores decisiones.

Además, los títulos también pueden llevar como referencia el formato. Por ejemplo «Guía», «Tutorial», «Vídeo», «Infografía»…

Formatos complementarios

La atención al cliente por teléfono parte de un guión escrito, pero el blog no tiene por qué hacerlo: sirve como vídeoblog, archivo de imágenes o como podcast, cualquier formato puede encajar, no solo texto. Conviene elegir el que permita una mejor comprensión para el usuario y así pueda solucionar su problema antes y aumente su satisfacción con la atención recibida.

Se puede empezar por el texto, pero poco a poco ir ampliando información con nuevos posts. Otra opción es centralizarlo todo en uno, aunque podría perderse la esencia de un blog.

Lenguaje simple

En general, conviene evitar el argot y es mejor utilizar un lenguaje simple, directo y claro, lo más sencillo posible para que lo entienda cualquiera. Aún así, decía que los artículos pueden acabar formando un glosario porque se utilizan para explicar los conceptos que se necesitan conocer para entender el servicio o poder comprar el producto correctamente.

Eso sí, no conviene abusar, es decir, un blog no es una enciclopedia.

Categorías y etiquetas

Un buscador es básico para encontrar respuestas, pero también clasificar correctamente los posts porque pueden utilizarse como «artículos recomendados» si el usuario necesita saber más.

Las categorías pueden ser para los grandes temas y las etiquetas para cuestiones más concretas. Por ejemplo: siguiendo con el glosario, los posts con definiciones estarían bajo esa categoría y alguna de sus palabras se usarían de etiquetas. Otro más: puede utilizarse la categoría para agrupar posts según a quién se dirigen, por ejemplo si hay diferentes niveles de servicio, y las etiquetas para el formato complementario que se incluya.

Copywriting aplicado a atención al cliente

Al aplicar el copywriting a la atención al cliente hay que dejar de lado lo clásico que se recomienda de escribir sobre beneficios porque aquí lo que importa son las características y las funcionalidades: ahí es donde el usuario está atascado.

Entonces, ¿copywriting para educar? Ya, se supone que el copywriting es solo para persuadir y vender, pero alguna de sus fórmulas sirven también para resolver dudas, básicamente porque se basa en los puntos de dolor del usuario y, cuando acude a atención al cliente, tiene unos cuantos. Se trata de informar y educar, así que hay que preparar tutoriales y guías paso a paso, que demuestren empatía, con una estructura bien definida y jerarquía visual bien aplicada.

Cinco consejos para escribir posts de atención al cliente. #copywriting Share on X

Si te animas a empezar un blog (para este o cualquier objetivo), tienes todos los detalles en «Manual de blogging«.

[Contenidos] Tres trucos para que tu copywriting lea la mente del usuario

Un tipo de copywriting es el conversacional: en pocas palabras, escribir como si estuvieses manteniendo una conversión (aunque acabe siendo un monólogo). Cuando lo explico a mis alumnos les aviso de que lo usen con cuidado porque puede parecer falso cuando se fuerza y hasta alejar al lector de la persuasión. A mí me pasa casi siempre, pero supongo que es porque no consiguen meterse en mi mente y leerla con claridad. No, este post no va de telepatía ni espiritismo: va de escribir pensando en las objeciones que pueda tener el usuario y demostrando conocerlas al rebatirlas.

Conoce al usuario

Para practicar el copy conversacional es imprescindible conocer muy bien a la persona que nos está leyendo. Con datos realistas y mezclándolos con algo de intuición puede resultar un buen punto de partida para iniciar cualquier charla (lo mismo hace cualquier vendedor). Explotar los llamados puntos de dolor es una técnica de persuasión muy utilizada en copywriting. También sirven para transmitir empatía, una forma de demostrar que entendemos lo que preocupa al usuario y que somos capaces de ayudarle.

Justifícate con un «porque…»

En TheCLIKK llaman a este truco la reformulación porque consiste en decir algo sin rodeos y justo después dar la explicación añadiendo un «porque…». Es sencillo, pero añadirlo funciona porque convence a los lectores más escépticos. Te lo acabo de demostrar: ¿te has creído que funciona? Genial, gracias por la confianza. ¿No lo has creído hasta que te he explicado el por qué? Gracias también por no dejar de leer y concederme el beneficio de la duda. No puedes usarlo siempre porque (ejem) el usuario se cansaría, pero por eso hay otros trucos que también sirven.

Usa con moderación interjecciones e interrogaciones retóricas

Dentro de las figuras dialécticas se encuentran las interjecciones («me sigues, ¿eh?» o «¡Ah! Se me olvidaba…») y las interrogaciones retóricas («¿ya tengo tu atención?» o «¿lo vas pillando?»). Éstas son las preferidas por los monologuistas porque viene a ser lanzar preguntas al aire que no necesitan respuesta y que refuerzan lo que se está argumentando. Se puede incluir alguna en el texto, no digo que sea algo a evitar, pero sí excederse por lo que comenté al inicio del post: puede resultar forzado si cada párrafo empieza o acaba de la misma manera, ¿no te parece?

Bonus: profundiza y no huyas de controversia

Si cuentas algo de forma generalista o superficial, será fácil que parezca que lees la mente a los usuarios porque seguirán tus argumentos y estarán de acuerdo con todo. Si profundizas o tratas temas más controvertidos, corres el riesgo de que algunos lectores no te sigan: pero, si les conoces y ellos a ti, no debería pasar porque estarías convenciéndoles de que eres una buena elección.

Trucos para que tu #copywriting conversacional sea creíble. Share on X

[Contenidos] El entusiasmo que provoca una hoja en blanco

Aviso: este post contiene enlaces afiliados a Amazon. No te cuesta nada, pero a mi me dan calderilla si compras mis recomendaciones.

Hay un montón de libros sobre cómo escribir, pero solo algunos son de autores que han publicado un montón de bestsellers. En otro momento te hablaré de Stephen King y su «Mientras escribo» (2000) porque seguramente es el más conocido. Hoy me siento inspirada por una frase de Patricia Highsmith en «Cómo se escribe una novela de misterio» (1966).

«Cuando se copia no hay entusiasmo».

Patricia Highsmith

El entusiasmo es algo que se suele asociar a los más jóvenes porque es cuando se vive la mayoría de primeras veces. Llámalo entusiasmo o ilusión, pasión, expectativa por el descubrimiento, sentimiento, emoción… pero, según el resultado conseguido, las próximas veces el grado de entusiasmo bajará o subirá. Sin ese ánimo, no hay pruebas ni intentos (fallidos o no) y sin eso no se mejoran las habilidades ni se gana en experiencia.

Para los escritores, la llegada de cada idea se vive con entusiasmo; también cuando se define la estructura o se llena con palabras y otras ideas; puede dar un bajón publicar porque parece que ha terminado la relación con ella, pero se contrarresta con un subidón muy grande cuando se descubre qué ha provocado en otra persona. Todos esos momentos pueden ser de alegría como la primera vez que se llena la hoja en blanco, pero también tristeza si no se encuentran palabras para convencer a los lectores.

Contagiar el entusiasmo no es instantáneo y aumenta de dificultad a medida que se separan escritor y lector: habrá menos opciones de que el texto provoque lo mismo en quien lo escribe y en quien lo lee si hay mucha distancia entre ambos. Esta puede ser de muchos tipos, no solo física o ideológica, porque es una actitud o predisposición para querer acercarse por curiosidad o deseos de alejarse más.

El entusiasmo es algo subjetivo y por eso no tiene sentido copiar las acciones, palabras o personalidad de otros para intentar provocar lo mismo. Es una alegría fingida. Dejando de lado la parte legal, distribuir sin más las ideas de otros no es comparable a la gratificación que se siente al poder transmitir las propias y que lleguen a quien está dispuesto a captarlas.

Un profesional de la redacción que pretenda llamarse así vive con entusiasmo cada letra que escribe y, cuando pierde esa vitalidad, llámalo bloqueo o falta de inspiración, deja de escribir.


Hace unos años, entre libro y libro, se me ocurrió contar cómo se escribe un libro contando en primera persona la historia de ese libro. Aquí puedes empezar a leerlo: seguro que le haría mucha ilusión.

[Contenidos] +175 Herramientas para todas las tareas relacionadas con los contenidos

Las personas que trabajan con contenidos necesitan herramientas, de eso no hay duda. Además, es más fácil de lo que parece asignarles recursos. El principal problema es que hay muchas, quizá demasiadas. Más aún si se tienen en cuenta todas las tareas que pueden relacionarse con los contenidos.

Yo hace años que voy recopilando herramientas de formas diversas, como posts, ebooks, enlaces guardados en Pocket, Wakelet, Pearltrees, listas en Twitter y hasta en List.ly o Trello. Pero la mejor forma ha sido crear una base de datos en Notion. El año pasado empecé a poner orden y el resultado es un directorio muy completo que he decidido hacer público y, además, rentabilizarlo.

La verdad es que no tenía claro si merecía la pena hacerlo hasta que Jaime compartió sus datos: su proyecto empezó igual que el mío y él estaba sacándole rendimiento, ¿por qué no probar con mi lista de herramientas? Ya sabes que me gusta experimentar, así que revisé cómo lo había hecho él y alguien más y me puse manos a la obra.

Como ya llevaba un año llenando la base de datos, fue fácil para montar el resto del proyecto y en un par de días lo tuve listo. Aún así, aproveché para revisar toda la base de datos, más de 175 herramientas, y la semana pasado lo compartí con mis suscriptores. Confieso que sirvieron de conejillos de indias, pero el resultado ha sido sorprendente y por eso ahora lo lanzo oficialmente.

Tienes todas las respuestas a qué es el directorio, qué tipo de herramientas hay y cómo acceder a la lista en mi centro de recursos.

[Contenidos] Cómo escribir posts atemporales

El contenido atemporal debería formar parte de cualquier plan de contenidos, sobre todo del que aún no tiene claro los objetivos. Ahora que se avecina el descanso de agosto (o en cualquier otro momento de calma), puedes aprovechar para repasar tu plan o para adelantar faena y escribir las piezas atemporales.

El contenido atemporal debería formar parte de cualquier plan de contenidos. ¡Descubre cómo escribirlo! Share on X

¿Fecha sí, fecha no?

La redacción de posts atemporales es casi opuesta a una pieza de actualidad porque hay que ocultar las referencias directas a cuándo se está escribiendo. Te he dejado un ejemplo de esto en el párrafo anterior: he puesto «ahora» y «agosto» en la misma frase, lo cual encaja porque lo estoy escribiendo a finales de julio y será cuando la mayoría de personas lo leerán (¡hola!). Pero si estás leyendo este post en octubre o marzo, quizá te haya sonado extraño. Aún así, no deberías dejas de leer porque el tema sirve para cualquier momento de calma.

«El jueves pasado se publicó», «el próximo domingo» o «esta semana se celebrará» son indicadores relativos al momento de lectura. Para hacerlo atemporal, es mejor indicar fechas concretas (absolutas) como «el 16 de agosto». En los posts de actualidad ocurre todo lo contrario, pero ten siempre presente que lo atemporal dura más.

Es un buen momento para recordar que un post atemporal no lo es por esconder la fecha del post, aunque haya quien utilice este truquillo que tan incómodo resulta algunas veces. En mi opinión, la fecha de publicación no debería ocultarse porque da contexto a lo que se ha escrito. Incluso en temas que no dependen de la actualidad, pueden salir nuevas referencias.

Un post no se convierte en atemporal por quitar la fecha de publicación. Share on X

¿Los enlaces caducan?

Esto nos lleva a mi siguiente recomendación para escribir un post atemporal: vigila a qué enlazas. Vuelve al primer párrafo: he puesto tres enlaces, dos de ellos a posts de este año. Aunque quitase la fecha de mi post, alguien que lo lea dentro de un par de años (¡hola, lector del futuro!) podría llegar a la conclusión de que no es posterior a 2021 porque no hay links más recientes. Si, además, pongo un enlace a un artículo claramente temporal, será más evidente el desfase.

Por eso, lo más sencillo es quitar los enlaces (y comentarios porque también tienen fecha). Es una solución extrema para mi gusto porque pone en peligro la credibilidad del artículo. La solución es enlazar a otros contenidos atemporales o los que se van actualizando. Por ejemplo, en lugar de poner un link a una única noticia, poner la cronología de seguimiento en tiempo real. La Wikipedia es otra apuesta segura porque no cambia las URL y se mantiene al día.

Los enlaces en un artículo pueden descubrir su fecha de redacción. Share on X

Títulos temporales

Tanto los enlaces como el título pueden escribirse al terminar la redacción del post. Eso sí, has de tener en cuenta que hay títulos más atemporales que otros. Sigo con ese mismo ejemplo: ¿»cómo escribir un post atemporal» o «por qué escribir un post atemporal»? Son enfoques diferentes, uno más táctico y el otro más estratégico. Me he quedado con el primero porque sabía de qué quería que tratase el post, aunque en la misma línea hay otros posibles tipo «X trucos para escribir un post atemporal» o «X recomendaciones para que tus posts duren más».

El problema es que los números tienen fecha de caducidad: si buscas en Google (fuente principal para el contenido atemporal), confiesa que te quedas con el que tenga el título con el número más alto. ¿Por qué quedarse con el post de 5 trucos si un link debajo hay uno con 10? Para conseguirlo, es fácil recurrir a adjetivos tipo «imprescindibles» o a un clickbait como «te ahorrarán horas de escribir». Cada redactor tiene sus preferencias que, por cierto, también se pueden utilizar como recurso dentro del propio artículo: la actualidad suele ir llena de «las últimas novedades de 2020», pero no en lo atemporal.

Los títulos de posts temporales suelen ser tácticos e incluir números. Share on X

Para que un post se pueda leer igual de bien hoy como dentro de un año, está claro que lo más importante es elegir bien el tema. Pero los redactores también tenemos que esforzarnos en escribirlo de manera que se disimule su caducidad.

En «Marketing de contenidos» tienes todo un capítulo dedicado a la redacción de piezas. Por cierto, un libro también caduca, por mucho que se intente lo contrario al escribirlo. Por eso en febrero de 2020 hice la actualización de la edición de abril de 2013.

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