[Contenidos] Qué se puede aprender de Gerry de «Dos vidas en un instante»

La premisa de «Dos vidas en un instante» es interesante: ¿cuánto cambia tu vida por algo tan sencillo como coger o perder el metro? Llámalo universos paralelos, dimensiones temporales o algo que suene científico pero el cine lo explica rebobinando la imagen y poniendo unas campanillas de fondo. ¿Por qué complicarse más? No es una película de ciencia ficción, es una sencilla comedia romántica protagonizada por Gwyneth Paltrow (una de las pocas RRPP que he visto en el cine) y sus dos novios (uno en cada línea de tiempo). Aunque el protagonista es John Hannah, el escritor de la película y motivo de este post es John Lynch. Su personaje, Gerry, es casi el malo pero también se pueden aprender algunas cosas de él.

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    Gerry haciendo como que escribe su novela.

    Si encuentras a un mecenas, no lo sueltes: escribir no da de comer, has de tener otro trabajo que pague las facturas si quieres dedicarte a tu novela. Eso lo saben todos los escritores (menos los best sellers, claro) por eso Gerry tiene a su novia (Helen) pagando las facturas mientras él es feliz «escribiendo». Ella, con la inocencia que caracteriza esta línea de tiempo, en un momento dice algo así como que cuando acabe la novela serán ricos. ¡Eso es confianza!

  • Tarde o temprano, todo se acaba: podría aplicarse a otro momento de la película en un hotel o incluso al final que no desvelaré, pero lo relaciono con el punto anterior por una frase de Gerry: «Soy un novelista, nunca acabaré mi libro». ¡Vaya contraste con la anterior frase de la esperanzada Helen! En ficción es más sencillo pensar que no se termina nunca porque los personajes tienen vida propia y el escritor siente que no controla el final. Pero, en no ficción, has de parar de actualizar y revisar un texto para publicarlo de una vez… también porque si no tampoco puedes facturar.
  • Documéntate como sea necesario: Gerry oculta su infidelidad yendo a «consultar unas bibliografías» y realizando un «viaje de investigación». En ficción es fácil encontrar esas excusas pero es algo que no todo el mundo puede permitirse, precisamente por el primer punto de estos aprendizajes. Según el tema, puede solucionarse con un vídeo en YouTube o unas fotos de Instagram. Pero, si puedes, no hay nada como conocer de primera mano el tema sobre el que escribir o las personas que lo van a leer.
  • El bloqueo del escritor existe: cuando la vida personal hace aguas, es lógico que la profesional acabe fallando también. Gerry está distante y Helen cree que es por su novela (pero el espectador sabe que no es así). Todos los escritores nos acabamos bloqueando, lo importante es encontrar la salida para que no dure más de la cuenta… sobre todo si el plan es hacerse rico con lo que escribes.
  • Las musas también existen: en realidad, no aparecen directamente mencionadas en «Dos vidas en un instante» pero Helen parece serlo para Gerry porque éste le acaba diciendo «no puedo escribir sin ti». Llámalo musa o mecenas pero tener a alguien en quien apoyarse es lo mejor que le puede pasar a un escritor.

No puedo acabar el post sin hacer referencia a una frase importante de la película del bueno de James: ¡nadie espera a la inquisición española! Es un gang de los Monty Python y una buena forma de romper el hielo en el ascensor.

[Contenidos] Casar palabras, ¡qué gran oficio!

Me dedico a casar palabras aunque suele ser más fácil de entender algo como ‘juntar palabras’. Dicho así, sirve tanto para contextos profesionales en lo que tengo que explicar que redacto contenidos para empresas como en otros en los que simplemente digo que escribo. Vale, todo el mundo sabe ‘juntar palabras’… pero no todos disfrutan del encargo. Tiene su dificultad lograr las palabras adecuadas para que cumplan su cometido y transmitan algo a quien lo lee. Hay quien tira de exclamaciones para demostrar entusiasmo, de mayúsculas para poner énfasis o de colorines para hacerlas, supondrán, más bonitas. Simples adornos: nada de eso es necesario si se ha elegido la palabra correcta.

Desde pequeños lo intentamos: no solo para reclamar la atención de los que están a nuestro alrededor cuando aún solo balbuceamos, también para conseguir algo cuando ya controlamos algunas palabras clave en nuestro día a día. Pedir las cosas por favor y dar las gracias si lo conseguimos, nos lo enseñan un poco más tarde (aunque algunos lo olviden con el tiempo). Y sí, aunque algo sea gratis también se puede pedir y agradecer (algo que otros también olvidan).

Pero, más allá de la educación en la redacción, cuando se trabaja ‘juntando palabras’, es obligado elegirlas bien. Para algunos, esto es una cuestión de SEO: hay que poner las que me pueden ayudar a posicionarme en Google. Es un factor, sí (y muy importante en algunos sectores). Pero yo prefiero elegir las palabras para posicionar marcas y no webs. Es un matiz que define mi forma de trabajar: primero los mensajes, después los canales y luego la optimización. Así lo explico a mis alumnos y en mis libros.

A la hora de elegir las palabras, también hay que tener en cuenta la terminología propia de cada sector. Son las palabras más difíciles de combinar porque, lo confieso, alguna vez me ha pasado que nunca antes las había oído. El trabajo de documentación previa para ser capaz de usar ciertas palabras sin decir barbaridades y que alguien huya asustado es algo que el cliente no paga y una inversión que no se recupera si nos despiden en poco tiempo, pero que debe hacerse con cada cliente nuevo. Para algo tan básico tipo referirse como ‘huéspedes’ a los clientes de un hotel, pero también para comprender siglas, neologismos o el argot que no viene en diccionarios.

Otro aspecto interesante cuando nos ponemos a combinar palabras son las repeticiones. Sí, es una forma de vender pero yo prefiero valerme de los sinónimos y de todo el campo semántico porque entre ambos crean un ambiente más acogedor para transmitir ideas… repetirse es más aburrido, tanto para el redactor como para el lector.  Hace falta algo más romántico (creativo, dirían algunos) aunque también es cierto que algunas pierden el significado cuando todo el mundo las repite.

Acabo volviendo a lo de ‘juntar palabras’ porque podría decirse que este oficio tiene algo de casamentera. De cara a la galería: elegimos las que se entienden más fácilmente, las que explican más con menos y las que definen mejor lo que queremos transmitir. Pero, dicho de otra forma: buscamos las palabras que casan mejor entre ellas y que sirvan para atraer y cautivar al lector. Es más que unir o combinar: las palabras ponen los cimientos para crear una relación a largo plazo entre las marcas y sus clientes.


[Contenidos] ¿Te has planteado alguna vez publicar un libro?

Hoy quisiera hablarte de libros. Sí, ya sé que Sant Jordi fue hace 2 días y que además llevo toda la semana hablando de mi última aventura editorial. Pero el Día del libro es una excusa para hablar de la madurez del mercado editorial porque (se supone) refleja el interés de la población, en este caso, por los contenidos pero vamos a aplicarlo también a tu propio sector.

Tomando como referencia otro mercado de masas como es la tele, quizá me he dejado llevar por el aroma de las rosas y su funcionamiento no es tan idílico. ¿Tenemos la tele que nos merecemos o cambiaría si no la viésemos? Aplicado al mundillo de los libros sería: ¿se publican los que queremos leer o los que quieren que leamos? O más detalladamente en los contenidos: ¿hay pocos libros sobre contenidos porque no hay suficiente gente interesada? ¿La gente compra libros que traten exclusivamente sobre contenidos o prefieren alguno más genérico?

Yo tengo varias posibles respuestas a la última pregunta. Como lectora, me interesan cuanto más especializados mejor porque mi trabajo también es así. Como autora, me ocurre lo mismo y prefiero escribir algo específico pero mi experiencia me dice que las editoriales prefieren los libros generales, en este caso, de marketing, periodismo o cualquier cosa parecida.

No hay que olvidar que se trata de un negocio: vender libros (y cuantos más mejor para sobrevivir). Así que no pueden arriesgarse a invertir en una publicación que no les sea rentable. Pero publicar un libro no es un negocio para los autores y, por suerte para todos nosotros, autores y lectores, está la autoedición.

Así he publicado yo “Estrategia de contenidos” y “Diario de un libro” y así puedes publicar tú también un libro de tu sector. Si hay muchos, quizá creas que no merece la pena y, si hay pocos, tampoco pensarás que ‘por algo será’. No tengas tanta prisa por sacarte el tema de encima y dedícale un rato: piensa en qué aspecto podrías tratar de manera diferente a lo que ya hay publicado. Revisa tu biblioteca personal, date una vuelta por librerías o consulta en Amazon para imaginar cómo encajaría tu libro allí.

Si tienes algo ya escrito que te pueda servir de base te será más sencillo que si tienes que empezar desde cero. Pero que no te frene la sensación de que es algo complicado y que quizá no merezca la pena: puedes empezar por un ebook más corto y así testear cómo te iría con más páginas.

Un libro no significa lo mismo para un lector que para el propio autor, pero plantéatelo desde las dos perspectivas y ten presente las palabras de Toni Morrison: si hay un libro que gustaría leer y aún no está escrito, ¡debes escribirlo tú!

Resumen de la publicación de mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 298, 25-04-2016).

[Contenidos] Qué se puede aprender de Mathieu Vasseur

Los escritores vuelven a ser protagonistas y aparecer en pantalla grande así que vuelvo con una nueva entrega de cosas que el cine nos enseña sobre escribir. Claro que, en la peli que trato hoy, el aprendizaje está más enfocado a lo que no debemos hacer que a las buenas costumbres de la profesión. Un aviso antes de seguir y es que inevitablemente hay spoilers en el post así que léelo sólo si no te importa que te destripe el final de «El hombre perfecto«.

Mathieu Vasseur es el protagonista de «Un homme idéal». Es escritor porque ha escrito una novela pero, por lo que nos muestra los primeros minutos de la peli, su literatura no es muy buena. Así empieza la trama pero Mathieu acaba con 2 títulos suyos en librerías y, al menos uno, es un super ventas. Dicho así, parece una buena historia para aprender cómo prosperar en el mundillo editorial, ¿verdad? Pues no lo es porque por el camino hay muchos engaños, chantaje y un par de asesinatos.

Entonces, ¿qué se puede aprender de Mathieu Vasseur como escritor? Las siguientes cinco cosas:

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Mathieu Vasseur, escritor protagonista de la película «Un hombre perfecto»
  • No te obsesiones con la negativa de las editoriales. Llamar e insistir no te va a llevar a conseguir un sí. Los editores que rechazan manuscritos no son los que han de ayudarte a mejorarlo, ¡solo les faltaría! Búscate a alguien a tenga un cierto criterio (como su novia hacia la mitad de la película) y que te haga la crítica constructiva que necesita tu historia. La escena del típex es solo una pequeña pista de lo que vendrá.
  • No te apropies de las historias de otros. Esto se supone que está bastante claro pero casi me oigo a mi misma decirle al protagonista ‘nooo, no lo hagas’ cuando cae en sus manos el diario y decide convertirlo en suyo (algo similar a «El ladrón de palabras«). Es inevitable porque de eso va la peli pero, ¿por qué no lo publicaría diciendo quién es el autor como hará su novia en la última escena?
  • No creas que publicar da de comer. Es el sueño de cualquier escritor: vivir de lo que te publiquen. Malas noticias, lo más probable es que no te pase a ti porque solo les pasa a los best sellers. Es mejor que mantengas otro trabajo y escribas en el tiempo libre que puedas encontrar. Fíjate en Mathieu: tiene un trabajo donde potencialmente puede encontrar montones de historias y, aunque acaba ganando dinero, se le acaba rápido.
  • No te olvides de escribir. Hay varios momentos en la película que me llevan a sacar este aprendizaje. Por un lado, la motivadora cita de Stephen King que anima a escribir cada día. La imagen del cursor parpadenado es recurrente en la película, igual que en la vida de los escritores. Lo intenta, por aquello de que la inspiración te pille trabajando. Por otro, el hecho es que precisamente cuando no está obsesionado por encontrar la historia, ésta viene a él. Dicen que la 2ª es la más difícil, le recuerdan a Mathieu sin saber que en realidad es la 1ª que publicará.
  • Una vez en empiezas, no puedes parar. Podría ser el resumen de la película considerando la espiral en la que entra el protagonista. Pero, aplicado a la redacción, también es así. Cuando se pone a escribir, realmente a escribir, escribe sin parar hasta lograr terminar la novela.

La película es un thriller pero hay momentos en que las decisiones que toma Mathieu son poco creíbles y está claro que no es un hombre perfecto. Pero todo lo que tiene que ver con el oficio de escritor es real como la vida misma.

[Contenidos] No busques más: tengo el regalo perfecto para un escritor

Navidad es la época del año en que más recibimos y damos. Muchas páginas web se preparan para el boom navideño y es habitual ver artículos sobre qué regalar a cada miembro de la familia según su edad o hobbies… aunque sirven para cualquier momento en que se quiera regalar algo (San Valentín, Día del padre o de la madre, cumpleaños, aniversarios…).

Piensa por un momento: ¿qué se le puede regalar a un escritor? Algo para escribir, ya… En The Write Life han preparado su lista por tercer año, así que tienes más de 60 alternativas para ser un poco más original con ese amigo o familiar que disfruta juntando letras… o para despertar el interés a los que aún no saben que son futuros novelistas, como con los libros tipo 642 o 712 cosas sobre las que escribir.

Sí, un regalo para un escritor puede ser ver su obra publicada, que le den las gracias por lo que ha escrito, un premio… muchas cosas. Pero, ¿sabes? Hay algo que realmente necesitamos los escritores y que no se vende en tiendas: tiempo. Si estás a medio escribir algo o conoces a alguien que lo esté, sabrás que la mayor queja es ‘no tengo suficiente tiempo para acabar esta parte’. Lo robamos al sueño, al tiempo libre, a los amigos… a lo que haga falta porque necesitamos escribir tanto como el aire que respiramos.

Así que te propongo una cosa: utiliza el tiempo que ibas a dedicar a leer este post a escribir lo que tú quieras. ¡Sí, te regalo tiempo! Aprovéchalo bien porque yo voy a invertir el mío en mi próximo libro. ¿Trato hecho?

Resumen de la publicación de mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 279, 14-12-2015).

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