[Contenidos] La recompensa del redactor

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.

Desde una perspectiva económica, la recompensa del redactor es lo que ingresa por ese encargo. Pero, aunque pague facturas, escribir es un trabajo creativo y como tal tiene otras formas de valorarse. Hablo de algo más emocional, algo que no se incluye en una transferencia bancaria: la satisfacción de saber que alguien leerá lo que se ha escrito.

No importa qué tipo de texto es. Puede ser un libro, una newsletter, un post… Lo que importa es el feedback de la gente. La recompensa es que alguien te demuestre que ha dedicado un ratito a leerlo. Puede ser un comentario en el blog, un número en las estadísticas que indiquen una apertura alta de la newsletter, un ‘Me gusta’ en Facebook…

Dejando a un lado la parte sentimental, estas mismas recompensas son también formas de saber qué contenidos gustan más y, por tanto, hacia dónde debería ir nuestra línea editorial. Son métricas que no solo sirven al corazón, también a la razón. Y es que no hay que olvidar que los contenidos siempre tienen un objetivo.

Como lectores deberíamos obligarnos a elegir alguna forma para recompensar el esfuerzo que supone escribir o crear contenidos. Como redactores deberíamos ser capaces de ver tanto la parte emocional como la racional de esas recompensas.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 45 (20 de junio de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] Repetir, repetir y repetir

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.

La repetición funciona, estas líneas lo confirman: en dos artículos diferentes me he encontrado con la recomendación de repetir el mensaje y aquí estoy repitiendo que repetir es buena idea. ¿Por qué repetir? Porque, como dice Andrew Hanelly, la verdad es que tu audiencia no sabe qué escribiste hace dos años probablemente ni hace dos meses.

Y esto es así por dos motivos principales porque la audiencia cambia y, como explica Angela Bray parafraseando a Guy Kawasaki, no estamos todo el día pendientes de leerlo todo. Se aplica sobre todo a medios sociales, siempre claro que la repetición no se vuelva obsesión y aburra, pero también a páginas corporativas ya que conviene recordar que los usuarios no siempre entran por la página principal.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 44 (14 de junio de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] Actores y redactores, similitudes y diferencias

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes. Ayer fue festivo así que todo pasa a hoy martes.

En un lado del ring, los profesionales de la actuación, personas que ceden su imagen para que otras cobren vida. En el otro, los profesionales de la redacción, personas que ceden sus palabras para que otras puedan expresarse. Ambos tienen en común que están rodeados de historias pero comparten otras virtudes o defectos, según cómo se comporten.

  • Hay actores de televisión que se fijan en las audiencias igual que hay redactores que miden los resultados de sus textos. Se fijan en el tiempo de lectura de sus posts, la descarga de documentos o cualquier otra métrica.
  • Hay actores de cine que ven sus películas cuando ya están montadas igual que hay redactores que repasan lo que han escrito una vez lo publican. La revisión en pantalla, una vez maquetado el texto, sirve para asegurarse de que no hay errores.
  • Hay actores que no se cansan de repetir hasta que su director encuentra buena la toma igual que hay redactores que editan el texto una y otra vez hasta que el cliente está satisfecho con el resultado final.
  • Hay actores que buscan en su interior lo que les conecta con la persona que representan igual que hay redactores que se documentan para conectar con quienes han de leer sus textos.
  • Hay actores que han estudiado arte dramático para perfeccionar su estilo igual que algunos redactores han aprendido a escribir para la Web.

Estas cinco comparaciones tienen en común una perspectiva: la profesionalización del puesto. Llámalo método o experiencia pero es necesario tanto para actores como para redactores si quieren resultar creíbles y mejorar su carrera.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 44 (14 de junio de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] Qué hacer cuando no hay inspiración

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.

Cada uno escribe a su manera pero se pueden reducir a dos: con la inspiración de tu lado o sin ella. Cuando la inspiración te acompaña, las ideas se ordenan solas, las palabras construyen sus propias frases y las hojas se llenan en poco tiempo.

Cuando la inspiración o ese momento mágico en el que todo fluye no llega pero se han de respetar los plazos, cuesta un poco más cumplir con la extensión requerida. Lo mejor en estos casos es escribirlo todo tal cual salga, aunque parezca verborrea inútil. El esfuerzo viene después, en la edición y reescritura… pero al menos tendrás una base sobre la que trabajar.

Y si no hay plazos marcados, deja que las ideas maduren por si solas en su árbol que es tu cabeza… y espera que la inspiración te pille pensando.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 43 (6 de junio de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] Decisiones gramaticales

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.

No me cansaré de decir que tenemos que conocer a las personas que leerán nuestros textos para adaptar nuestro lenguaje y tono. ¿Cómo sino esperamos conectar con ellos?

  • Primera decisión: el género gramatical. A no ser que nuestro producto esté orientado únicamente a mujeres, lo habitual es usar el masculino como generalización. No obstante, también se pueden utilizar adjetivos que sean neutros y dejar que sea quien lo lea que lo interprete.
  • La segunda cuestión a tener en cuenta, la persona gramatical: ¿tú, usted o nosotros? Tradicionalmente nos dirigíamos al usuario de usted, como forma de respeto. Las redes sociales han propiciado que se use más el tú y el nosotros (como plural inclusivo).
  • Y la tercera, el tiempo: aquí casi se acepta todo aunque los imperativos son cada vez más utilizados en los textos (haz click, visita esta página, descárgate…).

Relee si quieres esta newsletter fijándote cómo está escrita y verás… bueno, descubre tú cómo te trato.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 39 (9 de mayo de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

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