[Contenidos] Cuatro tipos de redactores según la pieza a escribir

Hace unos días, Mario Armenta planteó una encuesta en Twitter sobre la redacción de contenidos SEO y los resultados me vienen perfectos como pretexto para explicar algunos tipos de redacción que pueden ser necesarios.

Empiezo por la propia pregunta porque incluye una distinción entre «redacción de contenidos SEO» y «copy (home, servicios)». Hacer esta diferencia es muy oportuno para la segunda pregunta, pero en la primera ya hay un matiz que deja claro que se trata de SEO: incluir una respuesta para los que usan spinners. ¿A quién se le ocurriría usarlos para el copy de una página principal? Quién sabe, porque casi el 11% (de 139) usan este tipo de automatización para crear textos. El 35% recurre a un redactor SEO, quédate con este dato: una tercera parte del trabajo se lo lleva un profesional.

La segunda pregunta tuvo la mitad de respuestas (71), pero es igual de curiosa porque trata del precio por 500 palabras. Como es lógico cuando se hacen encuestas, quien pregunta condiciona las respuestas indirectamente porque elige los rangos, en este caso, entre menos de 5€ y más de 20€. Personalmente me parece muy bajo, pero puedes imaginarte la respuesta: el 45% eligieron la opción más baja y solo el 15% la más alta.

Considerando que en la primera pregunta ganó el DIY, se puede asumir que la segunda está relacionada con la externalización. Así que podría decirse que los redactores SEO cobran menos de 5€ por 500 palabras o que los que participaron en la encuesta pagan eso. Me lo creo, aunque me parece lamentable.

Un perfil de redacción para cada situación

Hay muchos tipos de textos. En «Cultura del contenido» menciono hasta 7 profesionales diferentes que podrían formar un buen equipo de redacción, aunque lo cierto es que muchas veces se entremezclan. Por ejemplo: yo misma me defino como redactora de contenidos y no como copy porque, aunque hago textos para webs corporativas, no escribo anuncios para buscadores o redes sociales. Conviene distinguirlos porque puedes acabar comiendo sopa con un cuchillo pensando que todos los cubiertos son iguales.

Antes de nada, que quede claro que el periodista no es un comodín cuando se trata de contenidos, no puede escribirlo todo. Ningún perfil puede, ni debería. Es muy típico pensar que con un profesional se soluciona todo, pero lo adecuado es elegir uno para situación. Algunas posibilidades:

  • Copywriter: la mejor opción para landing pages, también habitual para eslóganes o textos de impacto porque su misión es persuadir, no pensar en Google.
  • Redactor de contenidos: perfecto para artículos del blog (simplemente como blogger), también para guías de marketing de contenidos. Es el más cercano al periodista, por eso servimos para todo.
  • Redactor SEO: se supone que escribe para posicionar lo que haga falta, tanto páginas de producto como posts, así que para algunos es una mezcla muy conveniente.
  • UX writer: solo las empresas con apps o plataformas de servicios reconocerán su valor, pero lo tiene también en formularios y, en general, en detalles de microcopy que consiguen una buena experiencia de usuario.

Ahora imagina una situación hipotética en la que hace falta un ebook (1) que se ofrecerá como lead magnet en una landing (2) a la que se llevará tráfico con un post (3) y un anuncio de AdWords (4). Cada una de estas cuatro piezas necesita un tipo de redacción diferente, pero ¿quién tiene cuatro perfiles en su equipo para hacerlo todo de forma especializada? Solo se lo plantean quienes están dispuestos a invertir más de 20€ (¡y de 200€!) en crearlas.

Está claro que no todas las empresas necesitan un equipo entero dedicado a los contenidos, pero sí deberían planteárselo quienes los utilizan como parte importante de su negocio (en el ejemplo anterior, los que consiguen clientes). Entonces, cuando se quiere optimizar y mejorar, es cuando se entra en el nivel avanzado de madurez de la estrategia de contenidos.

Si no comes sopa con cuchillo, ¿por qué pedirle a un periodista que te haga el copy? Share on X

[Contenidos] Cómo hacer que tu audiencia no pueda ignorarte

La lectura es tan personal como la escritura: si conectas con quien te escribe, lees; si no, pues no. Piénsalo bien. ¿Cuántos libros has dejado sin terminar? ¿Borras newsletters sin abrirlas? ¿Leerás todo este post? Te pongo algunos ejemplos de cómo leo yo:

  • Tengo configurado Twitter, Instagram y Facebook (no LinkedIn) para enterarme sí o sí de lo que publican solo unas pocas personas, las más cercanas.
  • La mayoría de las veces, solo leo el título de los posts de mi Feedly, solo los que prometen son escaneados en diagonal y muy pocos leídos por completo. Y no dudo en limpiar fuentes innecesarias de tanto en tanto.
  • Utilizo el preview de Kindle para intentar saber si un libro merecerá la pena y muchos de los que descargo con Kindle Unlimited los devuelvo sin haber leído más de un par de algunas páginas. Eso sí, cuando los compro, leo hasta la última coma.
  • Me remuerde la conciencia cuando dejo sin leer alguna newsletter porque tengo la sensación de que se lo debo al remitente. Tengo bastante limpio mi Stoop porque, siempre que puedo, abro antes algunos números anteriores para valorarla.

Si de media dedico 1h al día a leer, intento que sea a leer de verdad y no a elegir qué leer (sería como dedicar 2h a ver la tele y perder media buscando peli, ejem). No creo que se necesite leer todo lo que se publica, es demasiado, imposible. Hay que discriminar, no solo por tiempo. ¿Cómo? Seguro que por utilidad, pero también por conexión, es decir, porque conocemos a quien está detrás de esas palabras o porque parece que el autor nos lee la mente.

Personalización de contenidos para evitar ser ignorados

Poner «Hola Eva» en un post es imposible, por eso no hay remordimientos por no leerlo entero (gracias si lo haces con este). En cambio, es lo habitual en email marketing y por eso las newsletters son más personales y difíciles de ignorar. La personalización de los contenidos es una asignatura pendiente en muchos canales. Lo comenté hace un par de semanas en una newsletter: la publicidad también está mucho más avanzada (quizá demasiado cuando parece acoso). Pero es posible aplicar algo de personalización y que nos hagan caso.

Personalizar el contenido depende de conocer bien a quién nos lee tanto como de demostrarle que lo sabemos. Si escribimos dirigiéndonos a una persona y no al mundo mundial, será más difícil de ignorar porque será como tener a alguien hablándote al oído y no un desconocido desde un lugar indeterminado. La combinación de marketing de contenidos y copywriting puede ayudar. Lo primero porque detecta temas interesantes, lo segundo porque ataca directo a los puntos de dolor.

Para que el lector no te ignore, busca una conexión. Llámalo empatía, acercamiento emocional o creación de experiencias, pero has de dar algo que demuestre que te importa y escribir en primera persona para que quede bien claro. No es lo mismo leer «se recomienda a quienes tienen un blog» que «para tu blog te recomiendo». Se trata de mantener una conversación entre dos, autor y lector, sobre lo que se tiene en común y no sobre lo que a la empresa le interesa. Escribir de tú a tú, aunque no se le pueda poner nombre concreto, es una forma de conectar.

El redactor no solo ha de esforzarse por conocer para quién escribe, también ha de demostrar que le habla solo a él. Eso es la personalización y es la clave para que no te ignoren. Para conocer mejor a tu audiencia, te recomiendo el segundo capítulo de «Pilares del contenido«, dedicado por completo a la buyer persona para así responder a cómo saber qué contenidos quiere mi audiencia.

[Contenidos] Cinco formas de que tu marca caiga bien

«¿Qué ha de hacer una marca para caer bien?». Más o menos esa fue la pregunta sobre la que giró la conversación que mantuve con Isabel para su artículo en la revista Emprendedores (se publicó en papel en el número de febrero y ya se puede leer online). Mi respuesta fue bien clara: define tu personalidad y ajústate a ella utilizando una Guía de estilo.

Como siempre en estos casos, quedan cosas en el tintero. Para complementar lo que aparece publicado, dejo aquí apuntadas cinco formas para caer bien en los diferentes canales corporativos:

  • En la web, no utilices fotos de stock: es el lugar más corporativo, donde está más claro quiénes somos. Recurrir a imágenes de otros no transmite mucho de la marca, o sí: que podríamos ser cualquier otro, que ponemos lo primero que encontramos o que no le damos valor a un canal tan importante para algunos sectores. Usar ilustraciones es menos predefinido, pero también hemos de saberlas elegir bien para que digan algo de nosotros.
  • En el blog y la newsletter, opina: han de estar alineados con el estilo de la web que suele ser más comercial, pero en estos canales está mejor visto dar una opinión personal. Quien escribe puede permitirse un tono menos agresivo para acercarse a los lectores. Decir la nuestra atrae a los que queremos como clientes y saca fuera a los que no. ¿Esto es caer bien? Es transparencia y sinceridad, y sirve para ganarse la confianza de los que también son así.
  • En redes sociales, pregunta y contesta: la forma de caer bien no es necesariamente el humor, aunque se puede incluir algún emoji y GIF si la empresa se presta a ello. Pueden ser contenidos planteados para conseguir interacciones o iniciar por nuestra cuenta la conversación: si te etiquetan o mencionan, lo mínimo es darse cuenta, pero si te dejan un comentario, deja tú uno también en sus perfiles y verás cómo automáticamente caes mejor.
  • En atención telefónica, adáptate e imita una conversación: no es lo mismo interrumpir para vender que atender una queja, pero ambas situaciones tienen guión y suele ser con un nivel de personalidad muy bajo. Si quieres caer bien, has de empatizar con quien te responde. Para eso hay que abrir los canales y ser dinámicos porque, aunque intentes prever la conversación, estará llena de improvisaciones y puede que en algún momento no esté claro su final.
  • En chats y SMS, no te pases con las automatizaciones: (de momento) es lo más bajo de lo más bajo en cuanto a personalidad, aunque no debería porque, aunque sea un programa quien escribe las respuestas, puede dejar bien a la marca (lo comenté hace un par de newsletters). Hay que encontrar el equilibrio en las automatizaciones para que no suenen demasiado a robot porque suele ser frustrante y tengan la personalización justa para no ser un acosador.

Insisto en que, para hacer todo esto y que parezca natural (y no una situación forzada para caer bien), lo primero es tener claro cómo somos y después poner por escrito las formas de transmitirlo. Claro que esta es mi opinión, en el artículo de la revista puedes leer la de otros expertos para llegar a tus propias conclusiones.

Caer bien en redes sociales es posible sin recurrir al humor. ¿Quieres saber qué más puedes hacer? Share on X

Y, ya que has llegado hasta aquí, te doy un pequeño spoiler de lo que publicaré la semana que viene porque está relacionado con el tema de hoy: ¡mi libro «Cultura del contenido»!

[Contenidos] Escribe para toda tu audiencia mejor que para cualquiera

Escribir pensando en captar el interés y persuadir a cualquiera que pase por delante de un texto es una pérdida de tiempo. No se puede gustar a todo el mundo, ni falta que hace. La buena redacción, la que aporta valor y consigue objetivos, está enfocada a alguien concreto, no en general a todo el mundo. Esa persona tiene unas necesidades concretas y la misión del contenido es cubrirlas.

Elige a tu audiencia

Es demasiado fácil decir que cualquiera es nuestra audiencia, tanto que es poco realista. Perder visitas por no tener bien enfocado el texto ocurre con la misma facilidad. Es un error en el que caen los que no dedican tiempo a pensar en a quién se dirigen y se centran solo en lo que quieren conseguir. Es la combinación de ambos, objetivos y audiencia, lo que permite saber qué publicar, es decir, definir una estrategia de contenidos.

Si representamos gráficamente «cualquiera», sería un círculo bastante grande con uno más pequeño en su interior que sería tu audiencia (tu negocio marcará el tamaño). Estaría formado por otros círculos más pequeños que serían los diferentes perfiles y las etapas en las que se encuentran (tu producto marcará cuántos).

Por ejemplo: mi círculo son empresas, pero no todas porque las grandes suelen preferir agencias que autónomos; además, han de ser empresas en España que necesiten poner orden o redactar contenidos así que el círculo se hace más pequeño. No es cualquier empresa, es una determinada y quien me contratará tiene un perfil aún más concreto.

¿Sabes quién te compra y por qué? Intenta:

Repite conmigo: "cualquiera" no es tu audiencia. #buyerpersona Share on X

Escribe para tu audiencia

Con toda la información que has recopilado, puedes caer en lo que hacen muchos que es guardar los informes en el cajón y no hacerles caso. O aprovecharla y aplicarla a tus contenidos. Antes de nada has de saber que escribir para tu audiencia y no para cualquiera puede significar multiplicar varias veces el volumen de piezas y con ellas el presupuesto (por eso es más fácil ignorar las recomendaciones).

Personalizar el contenido para una audiencia formada por varios perfiles en varias etapas implica:

  • Distribuir las visitas y los seguidores a páginas específicamente creadas para sus perfiles. Esta es la mejor forma de enfocar la redacción en los beneficios y no en funcionalidades. Por ejemplo, crear landings y secciones enteras orientadas a sectores en lugar de unos párrafos en la página principal.
  • Aprovechar las opciones de personalización de cada canal, por ejemplo en campañas de email marketing enfocadas a diferentes segmentos de la lista o anuncios sociales que pueden variarse según el target elegido.
  • Recurrir a la programación para mostrar diferentes textos según si es la primera visita del usuario o ya ha elegido alguna preferencia. Muy útil para localizar el contenido y no simplemente traducirlo a otro idioma, pero complicado si rechaza todas las cookies, como hacemos el 20-30% de usuarios.
¿Cómo vas a persuadir a alguien si solo le cuentas beneficios generales? #copywriting Share on X

Si quieres escribir para tu audiencia, has de conocerla. No hay atajos: dedica un mínimo de tiempo a investigar para entenderla. Te cuento más en «Tu audiencia en 10 pasos» y en el segundo capítulo de «Pilares del contenido«.

[Contenidos] 30 elementos para escribir motivando a la compra

La semana pasada comenté las motivaciones de los creadores de contenidos, hoy es el turno de lo que mueve a la acción a los posibles clientes. Tenerlos en cuenta al escribir aumenta las posibilidades de conversión así que conviene saber qué atributos de los productos o servicios consiguen motivarles.

La respuesta rápida está en la pirámide de Maslow y su jerarquía de necesidades. Lo básico no es la wi-fi, es estar bien a nivel físico y lo más de lo más es la autorrealización. Es decir, sin lo funcional no podemos aspirar a la felicidad absoluta. Esta teoría es del siglo pasado (1943), pero incluso en el difícil inicio de esta década se ha demostrado que no se puede llegar a la cima sin una buena base.

En la revista HBR se publicó hace cinco años una pirámide que recuerda a la de Maslow, pero que es más sencilla de aplicar a la redacción persuasiva. Según Bain & Company (los firmantes del artículo), el valor (lo que percibe el potencial cliente y que debe convencerle para comprar) está compuesto por 30 elementos o atributos fundamentales que se pueden agrupar en cuatro (de nivel más bajo a más alto):

  • Los funcionales también son la base de todo, por ejemplo: reducir esfuerzo, reducir costes, calidad, ahorrar tiempo, simplificar…
  • Los emocionales son los elementos a los que es fácil aspirar, como bienestar, reducir la ansiedad, nostalgia, entretenimiento…
  • Los que te cambian la vida son menos y quizá por eso cuestan más de lograr, como la esperanza o la motivación.
  • En lo más alto de la pirámide está la autotrascendencia, equivalente social de la autorrealización.

Ahora que conoces los 30 elementos, «solo» (no siempre es fácil) hay que elegir los que se pueden asignar a tu producto o servicio y explotarlos en el texto. Apelando a ellos, la redacción será más persuasiva porque explicará el valor que se lleva el cliente. Llámalo propuesta de valor si lo prefieres.

Yo lo veo como una forma de elegir posición entre persuadir demostrando beneficios o describiendo características. En el mundillo del copywriting siempre se dice que hay que centrarse en lo primero, es un clásico. Pero no hay que olvidar que algunos sectores se basan en lo segundo. Por eso creo que no hace falta elegir, ¡se pueden combinar! De hecho, se pueden escoger un par de atributos de la pirámide para asegurar el tiro al cerebro y al corazón.

Un ejemplo: mi nueva newsletter. ¿Cómo puedo vendértela para que te apuntes (es una newsletter de pago)? Toma aire porque tiene muchos elementos de valor: te ahorra tener que pensar, te ofrece contenido de calidad y variado, también te da un toque de información y de entretenimiento, te ayuda a organizar tu plan de contenidos, te simplifica la búsqueda de temas, te ahorra tiempo, reduce la ansiedad de no saber qué publicar, te produce bienestar saber que tu plan está mejor controlado, perteneces a una comunidad, te motiva a crear piezas diferentes… y hasta puedes llegar a la autorrealización si descubres que esto de los contenidos es lo tuyo porque triunfas con las ideas que te propongo.

Todo estos son argumentos que podrían usarse para crear el copy la landing del registro y todas las piezas promocionales para conseguirlo. Pero, ¿hacen falta los 30 elementos para persuadir y llevar a la acción? Imposible, pero sí dicen que cuantos más tenga un producto, más fidelidad se consigue por parte de los clientes.

Está claro que no se pueden explicar todos a la vez (fíjate qué párrafazo más largo el de arriba y solo es una enumeración), pero sí los más diferenciales (incluyendo los más relevantes para cada audiencia y sector) y repartirlos en el mapa de contenidos para que el usuario acabe percibiéndolos todos con el tiempo y conseguir así tanto la compra como la fidelización.

¿Cuáles son los 30 elementos sobre los que puedes escribir para mostrar el valor de un producto? #copywriting Share on X

Quizá te interese saber que los mismos que definieron estos 30 elementos cambiaron algunos y añadieron otros para terminar con 40 cuando se trata de productos B2B.

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